
En el primer semestre 2025, el 4,8% de las pymes han desaparecido, una cifra que supera ligeramente al ritmo de nuevas constituciones y revela una "rotación forzada en el tejido empresarial".
El presidente del Consejo General de los Gestores Administrativos, Fernando Santiago, advierte que "las que desaparecen son, en su mayoría, negocios viables que no han podido seguir adelante por el entorno hostil al que se enfrentan". Según sus palabras, muchas de las que nacen "lo hacen, en muchos casos, con un pie en el abismo".
El Barómetro de los Gestores Administrativos y un reciente informe económico, realizado por el economista y gestor administrativo Javier Santa Cruz, ambos publicados hoy, pintan un panorama en el que la viabilidad de las pymes se ve amenazada por múltiples factores: una presión fiscal creciente, disfunciones administrativas, baja rentabilidad estructural y una representación empresarial ineficaz.
Los problemas financieros se han acentuado: el 17% de los negocios cerró el primer semestre de 2025 con pérdidas, y otro 17% afirma tener serios problemas de liquidez. Además, el 25,5% ha incrementado su endeudamiento en los últimos seis meses y un 40,4% de las empresas encuentra más dificultades para obtener financiación bancaria que antes.
Presión fiscal insostenible
El informe revela que solo un 36,9% de las pymes facturó más que en el mismo periodo de 2024, mientras que el 50,6% declara pagar más impuestos que hace un año. Fernando Santiago denuncia: "Esto es insostenible. Con los mismos ingresos y más gastos, más impuestos y menos acceso al crédito, no hay milagros posibles. Muchos negocios siguen vivos porque resisten, no porque el entorno los acompañe".
Las reformas impositivas, lejos de aliviar la carga, "siguen gravando más a quienes emprenden".Una de las consecuencias más graves de este entorno asfixiante es el aumento de la economía informal: el 12,4% de los negocios opera total o parcialmente fuera del sistema, lo que equivale a más de 340.000 empresas.
Santiago lo califica como "una salida desesperada. Muchos acaban fuera del sistema porque dentro no encuentran oxígeno para sobrevivir".Colapso administrativoLa relación de las pymes con las administraciones públicas es, según los datos, cada vez más problemática.
Los Gestores Administrativos suspenden el funcionamiento de la Administración Central (4,4), Autonómica (4,9) y Local (4,7) sobre 10. El 84,3% de los gestores afirma que la atención administrativa no ha mejorado en 2025, y la mayoría considera que hoy es más difícil realizar trámites que antes de la pandemia.
"Las administraciones están colapsadas y desconectadas de la realidad de las empresas", señala Fernando Santiago, subrayando la urgencia de una Ley de Colaboración Social Administrativa que "seguimos esperando".
El clima empresarial está marcado por la "resignación y cansancio". Solo un 24,6% de los gestores cree que 2025 será mejor, frente a un 27,4% que pronostica un empeoramiento. "No hay un clima de confianza. Lo que hay es resignación y cansancio. Los negocios no avanzan porque no se dan las condiciones. Y esto, lejos de corregirse, se agrava", sentencia Santiago.
Rentabilidad ausente
El 90% del tejido productivo español está formado por micro y pequeñas empresas que operan con "una rentabilidad estructuralmente baja y sin capacidad de absorber nuevas cargas sin comprometer su viabilidad". Desde 2008, la productividad por trabajador no deja de caer, mientras que los costes laborales han seguido aumentando.
Muchas empresas sobreviven, pero no crecen, no invierten y, en muchos casos, ni siquiera compensan el coste de su deuda.
Santiago es contundente: "La rentabilidad no es un lujo, sino una condición básica para sostener el empleo, la inversión y la cohesión social. Exigir más sin reconocer esta realidad es condenar al tejido productivo a una lenta asfixia". Y añade: "No puede haber justicia social sin viabilidad económica. Las empresas no pueden dar lo que no tienen".
Sin representación efectiva
El presidente de los Gestores Administrativos dirige su crítica más dura a las confederaciones empresariales. Un año después del "Manifiesto de la Pyme Española", impulsado por Cepyme y respaldado por numerosas organizaciones, Santiago lamenta que "nada esencial ha cambiado".
Plantea una cuestión incómoda: "¿qué han hecho en este tiempo las organizaciones empresariales por quienes dicen representar?" Su respuesta es rotunda: "No han hecho nada. Nada relevante ha cambiado en la presión fiscal, en la negociación colectiva o en la forma de adoptar decisiones que afectan directamente a autónomos y pymes".
Acusa a estas organizaciones de priorizar "conservar las estructuras que les dan poder y financiación" por encima de la defensa real de las empresas, y las considera "estructuras conservadoras, atrapadas en una lógica de gestión de lo pactado y ajenas a los grandes debates del país. No movilizan, no lideran... Este colapso no es solo organizativo: es moral y estratégico".
Santiago concluye con un llamado a la transformación profunda del modelo de representación empresarial: "Las pymes no necesitan estructuras vacías. Necesitan interlocución real. Representación de verdad. No habrá futuro sin organizaciones empresariales fuertes, pero tampoco sin organizaciones empresariales valientes".
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