
La economía de Argentina está disfrutando de una recuperación potente, marcada por el auge de los salarios reales, la desinflación (ha pasado del 292% de finales de 2023 al 39% de hoy) y la mejora de indicadores 'sociales' como la tasa de pobreza, que se ha desplomado con contundencia. Esta semana se ha conocido otro dato revelador que sorprenderá a parte de los analistas y agentes: las políticas liberales de Javier Milei han logrado que los salarios disparen su peso en la economía, mientras que los beneficios empresariales pierden peso. Esto puede resultar contradictorio para ciertos sectores o grupos que suelen relacionar el liberalismo con una ideología que 'favorece' directamente a las empresas. Sin embargo, una mayor libertad económica real suele tener como consecuencia una mayor competencia y, por ende, un menor margen de beneficios para las empresas. Esto dice la teoría y ahora la práctica en Argentina.
Tal y como ha publicado el Indec (el instituto de estadística de Argentina), durante el primer trimestre de 2025, el peso de los salarios en el PIB argentino se disparó hasta el 49,1%, uno de los porcentajes más elevados de los últimos tiempos. Esta es la parte del PIB que está formada por los salarios. Por el contrario, los beneficios empresariales se han reducido en varios puntos porcentuales.
Para comprenderlo mejor merece la pena explicar que mientras que el PIB por el lado de la demanda (el que se usa de forma más habitual) se basa en el gasto (consumo, inversión, gasto público, exportaciones etc.), la renta interior bruta o PIB por el lado de la renta -como se conoce al concepto en la economía española- suma la remuneración de los asalariados (salarios), impuestos menos subvenciones sobre la producción y las importaciones (impuestos netos), excedente de explotación bruto (beneficios de las empresas) y renta mixta bruta (la renta obtenida por los autónomos, por ejemplo). Es aquí donde el dato de Argentina ha llamado la atención.
El Indec explicaba que "la participación de la remuneración al trabajo asalariado en el valor agregado subió de 44,1% a 49,1% entre los 1° trimestres de 2024 y 2025", esto es una subida de cinco puntos en un solo año. El peso de los salarios se incrementa porque los sueldos reales (descontando la inflación) están al alza, es decir, el poder adquisitivo del conjunto de los argentinos ha aumentado. También se puede deber al incremento de la ocupación en la economía. Una mayor parte de la población trabajando incrementa la masa salarial total y su peso en el PIB.

Por otro lado, el excedente bruto de explotación (los beneficios empresariales, intereses, alquileres...) ha reducido su peso en el PIB desde el 40,6% del primer trimestre de 2024 hasta 35,6% del primer trimestre de 2025. Mientras que los salarios han ganado peso en la economía de Argentina, los beneficios empresariales (sobre todo) y otros componentes lo han perdido. Este giro se ha producido en un contexto de fuerte reducción del gasto público que está llevando al Gobierno a presentar un superávit público tras otro. Esta semana se ha conocido que las cuentas de Argentina han vuelto a generar un superávit primero que roza el 1% del PIB en el primer semestre del año.
¿A qué se debe este cambio? Además de la recuperación del empleo y de los salarios reales, que han sido clave para que el factor trabajo gane peso en la producción nacional, también se puede creer que las reformas para ampliar la competencia en Argentina y la caída de la inflación han reducido los márgenes de las empresas. El descenso del excedente bruto de explotación se ha convertido en un aumento del peso de los salarios.
Reformas para mejorar la competencia
La OCDE señalaba esta semana que "durante décadas, altas barreras de entrada han reducido la competencia en sectores clave, y las regulaciones han impuesto altas cargas financieras y administrativas a las empresas argentinas. Reformas recientes para hacer que las regulaciones sean más favorables a la competencia, y para reducir barreras de entrada han mejorado el ambiente empresarial. La aplicación de normas de silencio positivo, la simplificación de procedimientos y requisitos en muchos sectores, como la agricultura y el comercio minorista, y la eliminación de requisitos técnicos injustificados para productos industriales han sido elementos clave de estas reformas", apuntan desde esta institución.
Pero no solo eso, "también se han reducido las barreras de entrada en sectores de redes como el transporte y las comunicaciones, y se han reducido los controles de alquileres y otros controles de precios", señalaban desde el organismo de forma positiva.
Ahí no terminan las mejoras: las últimas estimaciones realizadas en el Estudio Económico de la OCDE sugieren considerables aumentos del producto potencial (del PIB) a partir de las reformas regulatorias que se han logrado hasta ahora. Para 2050, se espera que la producción sea un 2,7% más alta en comparación con una situación en la que la regulación se habría mantenido como en 2018. Implementar nuevas reformas en la próxima década para alinear las regulaciones con las mejores prácticas de la OCDE podría impulsar los ingresos en otro 6,8%, señala el documento.
Las reformas en Argentina están provocando un incremento de los salarios en la economía, un aumento de la competencia entre las empresas (que reduce los márgenes de las mismas), al mismo tiempo que la inflación se modera y poco a poco va alcanzando niveles que podrían considerarse normales para un país del nivel de desarrollo de Argentina.