El presidente de EEUU ha recibido hoy en Washington a los responsables de los principales bancos del país, que se han mostrado de acuerdo en la necesidad de poner al día el marco regulatorio del sector financiero. Los consejeros delegados de las entidades también le han trasladado a Barack Obama su compromiso de trabajar para ayudar a la recuperación económica del país.
"El presidente comenzó hablando de la importancia de hacerse cargo de los activos tóxicos y de que los bancos comenzaran a prestar dinero de nuevo", ha desvelado hoy sobre el encuentro el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs.
"Es apropiado decir que ellos estuvieron de acuerdo en la necesidad de poner al día el marco regulatorio", ha añadido Gibbs.
John Stumpf, consejero delegado de Wells Fargo ha destacado tras la reunión, en las afueras de la Casa Blanca, que "el mensaje básico es que todos nosotros estamos juntos en esto". "Intentaremos hacer lo correcto por America", ha prometido.
Al encuentro que se ha celebrarado a puerta cerrada en la Casa Blanca han asistido los consejeros delegados de Fannie Mae, Freddie Mac, JPMorgan Chase, Citigroup, Wells Fargo, Bank of America, Bank of New York Mellon, State Street, Goldman Sachs, Morgan Stanley, PNC Financial, US Bancorp, Northern Trust y American Express.
Planes de la Administración
La reunión llega después de que el Tesoro desvelara a principios de semana un esperado plan que propone la compra de 'activos tóxicos' por un importe inicial de 500.000 millones de dólares que podría alcanzar hasta el billón de dólares, con financiación de la Reserva Federal y Corporación de Garantía de Depósitos (FDIC), que busca la participación del sector privado.
Los ejecutivos de Wall Street también llegan a Washington tras la fuerte polémica que se desató la semana pasada al conocerse que la aseguradora AIG había repartido días antes unos 165 millones de dólares entre sus empleados en concepto de bonificaciones, pese a que la empresa ha sido rescatada con 170.000 millones de dólares de los contribuyentes.
El malestar se hizo patente en la Casa Blanca, con duras palabras de Obama hacia el sector financiero, y en el Capitolio, donde la Cámara de Representantes aprobó con sorprende rapidez un proyecto de ley para gravar con un impuesto del 90 por ciento las primas que reciban empleados de empresas rescatadas con al menos 5.000 millones de dólares.
Ahora la intención de la Administración Obama es buscar un nuevo acercamiento con Wall Street, dejar a un lado las críticas, no centrarse exclusivamente en la contribución del sector financiero a la actual crisis, y reconocer que los bancos tienen un papel importante para ayudar en la recuperación de la economía.