
La libra ha caído hasta un nuevo mínimo frente al dólar en dos minutos, con un hundimiento superior al 6%, durante una caótica sesión en Asia, con los operadores diciendo que la caída se vio agravada por las órdenes de venta automatizadas por ordenador. Flash crash o accidente en cuestión de minutos... Más común de lo que parece.
La caída de un 6,1%, el mayor descenso desde que se votara el Brexit, cuando la divisa británica se hundió un 11%%, ha llevado a la libra esterlina hasta los 1,1841 dólares. De nuevo rompiendo mínimos desde marzo de 1985, si bien pasados esos dos minutos de pánico ha recuperado parte del terreno perdido hasta la zona de 1,24.
Sin embargo, ya en la sesión europea, los descensos han vuelto a recrudecerse y la divisa británica registra caídas de alrededor del 2,5%, en la zona de 1,22 dólares.
De hecho, el hundimiento ha podido ser mayor esta madrugada, ya que al menos una plataforma de trading electrónico habría registrado una transacción a 1,1378 dólares, según han asegurado traders a la agencia Bloomberg.
Como en otras ocasiones, los rumores se dispararon durante los momentos de pánico: unos hablaban de una postura muy dura desde Francia sobre el Brexit (el presidente Hollande dijo ayer noche que Reino Unido "tenía que pagar un precio"), otros hablaban de un célebre fat finger (error que se comete al introducir datos en un sistema informático). Pero nada que justificara un desplome que ha recordado a otros que se han producido en la historia reciente de los mercados.
En este sentido, quizá uno de los más célebres fue el del 6 de mayo de 2010, cuando el Dow Jones llegó a caer un 9% durante la sesión en un auténtico viaje de ida y vuelta al infierno. Entonces, como hoy, se habló de ese célebre fat finger: un trader de Citigroup habría presionado la letra 'B', de billions (miles de millones de dólares en EEUU) en lugar de la 'M' de millions (millones de dólares) a la hora de realizar una transacción de acciones, sembrando el caos.
Como en otros casos, los operadores de mercado vuelve a apuntar a los algoritmos que lanzan órdenes automáticas al perder determinados niveles, amplificando los movimientos a la baja. Algo que ya se vio el año pasado también con el dólar neozelandés, que se hundió un 9% en apenas quince minutos para posteriormente volver a niveles más normales.
Desde que el pasado 23 de junio se consumara el Brexit, la libra ha sufrido y ha caído más de un 16% desde entonces. Tras el hundimiento incial, no obstante, se recuperó y estabilizó, apoyada en los datos macro de Reino Unido, que mostraban la resistencia de su economía, y en la intervención del Banco de Inglaterra, que bajó tipos en agosto. De hecho, la divisa británica es la divisa que más cae en lo que va de año.