
Francisco González dejará su cargo de presidente de BBVA en 2019 tras más de dos décadas al frente del grupo. El banquero, una vez abandone la entidad, contará con un patrimonio superior a los 110 millones de euros. Unos recursos que ha ido acumulando por sus años de mandato.
Entonces podrá rescatar los fondos que el grupo financiero ha ido destinando a su plan de pensiones, que alcanza los 79,7 millones de euros. Pero además dispondrá de acciones del banco, que ha ido recibiendo año tras año como retribución variable y otras que ha ido adquiriendo, cuyo valor actual ronda los 30 millones.
El fondo de jubilación de González se externalizó a una póliza de seguros en 2010, tras haber cumplido los 65 años de edad y haber ampliado su estancia como primer ejecutivo, con un cambio en los estatutos para mantener el sillón. Esta póliza no podrá ser utilizada hasta que abandone las funciones ejecutivas, es decir, previblemente a partir de otoño del próximo ejercicio, cuando cumpla los 75 años y los estatutos le impidan continuar.
González controla un 0,068% del capital del banco. Tiene en su cartera 4,234 millones de títulos del grupo, de los cuales 1,74 millones a través de su sociedad patrimonial Belegar Inversiones. Esta firma, además, participa en otras sociedades y tiene otra serie de inversiones, aunque la más importante es la de BBVA, con lo que la fortuna del presidente del grupo financiero es mayor.
Sociedad patrimonial
Belegar tenía a cierre de 2016 unos activos de 40 millones de euros, entre los que se incluye un 0,026% de acciones de BBVA. Además, estaba presente en el capital de Seaya Capital, la firma fundada por su hija Beatriz, con algo más de un 3%, entre otras sociedades. Esta instrumental entró en beneficios después de sanear y vender algunas inversiones fallidas, como una firma veterinaria del Reino Unido.
BBVA ya ha comenzado a trabajar en su sucesión y, según el propio González, "no habrá sorpresas". A principios de febrero dio a entender que el futuro máximo responsable sería el actual consejero delegado, Carlos Torres, bajo una presidencia no ejecutiva de José Manuel González-Páramo. Pero en los círculos financieros se ha vuelto a especular con la candidatura de Jaime Caruana, exgobernador del Banco de España, tras su entrada en el consejo de administración del banco.
El dinero que se llevará González por su salida no será tan elevado como el percibido por otros grandes ejecutivos del sector financiero español. Hace unos años, el ex-consejero delegado del Santander, Alfredo Sáenz, solo en concepto de pensión e indemnización cobró 86 millones de euros. Una cantidad, eso sí, inferior a la que tuvo que destinar el propio grupo cántabro a Ángel Corcóstegui, que ascendió a 108 millones.
La renovación de la cúpula de BBVA en los últimos años ha supuesto al banco importantes jubilaciones de oro para sus altos directivos. El ahora presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, dejó la entidad con 53 millones, mientras que Ángel Cano lo hizo con 45 millones.
González, según el informe de retribuciones, seguirá ampliando en los próximos ejercicios el número de títulos del banco, ya que una parte de las retribución variable la percibirá en títulos y de manera diferida. Su sueldo fijo, en el penúltimo año completo de mandato, 2017, ascendió a 2,475 millones de euros, lo que supone un 25,9% más que en 2016.