Andalucía

Abengoa se desploma un 36,55%: los inversores dudan de su negocio principal y de su cifra de deuda

  • Las acciones de Abengoa se han desplomado un 48% en solo dos días
  • Las dudas sobre la evolución de su negocio clave (ingeniería) lastran el valor
  • Abengoa lleva dos trimestres ocultando al mercado la deuda neta total
Manuel Sánchez, consejero delegado de Abengoa. Foto: Fernando Ruso

ABENGOA CL.B

13:26:53
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El mercado continúa castigando con dureza a Abengoa. Si ayer las acciones de la compañía andaluza de ingeniería se desplomaron un 18,31%, los descensos de hoy han sido todavía mayores: un 36,55%, hasta 1,5 euros. Los inversores acogen con profundo pesimismo los resultados hasta septiembre y las perspectivas de cierre de año. Sin embargo, la deuda centra la atención, especialmente después de que Fitch dijera que el apalancamiento de Abengoa es el doble de lo admitido por la empresa.

La caída de ayer fue el mayor bajón sufrido por la compañía en un jornada de cotización desde que debutó en 1996 -el peor registro hasta ahora era el del 28 de agosto de 1998, cuando se dejó un 13%-. Al menos hasta hoy. En dos días, la acción ha caído desde 2,89 euros hasta esos 1,5 euros, un total del 48%. El castigo no se ha limitado a la renta varible española, ya que su filial en EEUU también sufre fuertes caídas y sus bonos también se están hundiendo.

Aclaraciones sobre su deuda

Ante este desplome, Abengoa ha enviado un hecho relevante a la CNMV porque "desea aclarar un malentendido referido al cálculo de su deuda corporativa neta" presentada el pasado miércoles junto a sus cuentas hasta septiembre.

Esa deuda corporativa neta, cifrada en 2.125 millones de euros a septiembre, descendía un 13,4% interanual según la presentación del miércoles. Pero Abengoa puntualiza ahora que en esa cifra no están incluidos los 500 millones de una emisión de bonos lanzada a final de septiembre y que, por tanto, no están incluidos en los estados consolidados a cierre de ese mes. Esos bonos están garantizados por la matriz y su importe se destinará al desarrollo de nuevos proyectos de energías renovables, por lo cual se califican de 'bonos verdes' por la empresa.

Pero, en cambio, la empresa sí incluyó en ese cálculo de deuda neta -pese a que la operación no se ha cerrado aún formalmente- los fondos procedentes de otra emisión de bonos de su filial Abengoa Yield (cotizada en el Nasdaq) por 200 millones de euros. Esos fondos están destinados a que Yield adquiera a Abengoa los tres primeros activos concesionales sobre la treintena previstos y anunciados al Nasdaq. Ese dinero, por tanto, acabará en la caja de Abengoa pero aún no ha sido abonado formalmente por Yield a Abengoa, lo que ha despertado las suspicacias de los mercados.

Esta emisión de Yield tuvo que cambiarse de dólares a euros ante la escasa acogida del mercado. Los analistas bursátiles preguntaron el miércoles al consejero delegado de Abengoa, Manuel Sánchez, por las reticencias de los mercados a comprar esos bonos, y Sánchez las atribuyó a que Yield es una empresa joven que aún no cuenta con calificación crediticia (debutó en el Nasdaq en junio).

Además de todo ello, la empresa sevillana no facilitó, como sí venía haciendo hasta marzo en sus presentaciones a los analistas, los datos de deuda neta total y la relación de este dato con el EBITDA. Un dato que ha ocultado en sus presentaciones analistas en junio y septiembre. Hoy, tras insistentes preguntas de elEconomista, la compañía ha asegurado que su deuda corporativa neta a septiembre es de 9.022 millones, 637 millones más que a junio.

Precisamente en su anterior informe, Fitch ponía en perspectiva negativa la evolución del ráting crediticio de la compañía (que ya está en el nivel conocido como bono basura, B+) porque no ha utilizado los ingresos obtenidos con la colocación del 36% de su filial Yield en el Nasdaq para reducir deuda.

Dudas sobre su negocio principal

Las dudas en torno a la evolución del negocio de ingeniería y construcción industrial, que es la vaca lechera tradicional de las ventas y el beneficio, ingresó y ganó menos hasta septiembre y arrastró al grupo a incumplir su previsión global de ingresos, que serán como máximo de 7.500 millones este año, un 6% menos. Esta es una de las claves del derrumbe bursátil.

En la citada área clave de ingeniería flaquea la rentabilidad, ya que el ebitda (beneficio antes de intereses, impuestos y amortizaciones) cayó el 3,9%, hasta 504 millones -casi la mitad del ebitda total-. Los ingresos se redujeron el 5%, hasta 3.090 millones -son el 60% de las ventas a septiembre-. Debido a ello, el negocio global de Abengoa caerá hasta el 2% este año.

En medio de esta sangría bursátil, los bajistas han hecho su particular agosto. Abengoa es una de las cotizadas españolas con más presencia de este tipo de inversores (tienen un 7,7% de su capital), que toman prestadas las acciones para venderlas y recomprarlas más tarde intentando ganar la diferencia si el título cae.

A fecha 4 de noviembre, BNP había ampliado su presencia del 0,79% al 0,81% del capital del grupo, según los datos de la CNMV; a día de hoy ha deshecho parte de esa posición, hasta situarse en el 0,79%. Movimientos similares se observan en Marshall Wace y en Pine River Capital Management, mientras que otro bajista, Och Ziff Management, se ha estrenado en la compañía (posee un 0,7%).

La compañía trató el miércoles de tranquilizar a los mercados asegurando que tiene ofertas presentadas -o a punto de presentar- para proyectos de ingeniería y construcción industrial por 11.000 millones de euros a cierre de octubre que se resolverán en los próximos cuatro meses. Además, la cartera de proyectos de la división es de 7.305 millones a septiembre, un 3% más interanual.

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