
El grupo sufre hasta septiembre el efecto divisa (por la depreciación del dólar, real brasileño y el rand surafricano) y sus ventas se congelan en 5.237 millones de euros respecto al mismo periodo de 2013. Los ingresos también se ven afectados por la evolución más lenta de lo esperado de proyectos de construcción industrial y por el final de otros proyectos como la planta termosolar de Solana en EEUU.
Esta evolución plana en los tres primeros trimestres del año hace que Abengoa haya corregido a la baja su estimación de ventas para el conjunto de 2014, a una horquilla de entre 7.400 y 7.500 millones de euros, frente a la expectativa de 7.900-8.000 proyectada desde final de 2013. Eso supone un 6,25 por ciento menos de la estimación y supondrá que Abengoa facturará entre un 1 y un 2 por ciento menos que en 2013.
Sin embargo, Abengoa confirma las estimaciones de ebitda (beneficio antes de intereses, impuestos y amortizaciones), que se situará entre 1.350 y 1.400 millones este año, entre un 10 y un 14 por ciento más que el año pasado. También se mantiene la previsión de beneficio neto, que aumentará un 25-30 por ciento hasta 130 millones (para 2015, el resultado consolidado se situará en 200 millones, según la información facilitada en junio pasado).
Hasta septiembre, el ebitda ha crecido un 24 por ciento, hasta 1.071 millones; y el beneficio neto consolidado alcanza los 100 millones, un 38 por ciento más. Las ventas se congelan por la caída del 5 por ciento en la división de ingeniería y construcción industrial, hasta 3.090 millones por los motivos señalados anteriormente. También se redujo la rentabilidad bruta de este área de negocio estratégica, un 3,9 por ciento, hasta 504 millones de ebitda.
Distinta, en positivo, es la evolución de la división de Biofuel, cuyos ingresos se mantienen casi planos pero cuya rentabilidad bruta se más que duplica respecto a los nueve primeros meses de 2013. La cifra de negocio fue de 1.578 millones (un 0,7 por ciento más) y el ebitda alcanzó los 164 millones, el 103,2 por ciento más.
Fitch y Palen
También evolucionó al alza la tercera pata del negocio de Abengoa, la de activos concesionales (solares, de transmisión de electricidad, gestión de infraestructuras hidráulicas o de explotación de centrales de cogeneración), tras la entrada en operación de varios de ellos: el ebitda crece un 58 por ciento en tasa interanual, hasta 403 millones, y las ventas se sitúan en 569 millones (un 38,8 por ciento más).
En la habitual conference call con los analistas bursátiles, hubo insistentes cuestiones sobre la reciente decisión de la agencia de calificación Fitch de poner en perspectiva negativa el ráting crediticio de Abengoa (que ya es de bono basura, B+) ya que la empresa no ha usado los ingresos de la colocación de la filial Yieldco en el Nasdaq en junio para reducir su deuda corporativa; y sobre la pérdida del contrato para construir la central termosolar de Palen (en California) en alianza con la estadounidense Brightsource (promotora inicial y a quien Abengoa ha acabado adquiriendo el proyecto para desarrollarlo ella misma).
Sobre el primer asunto, la codirectora financiera, Bárbara Zubiría, criticó que la agencia "ha cambiado las reglas de análisis de nuestras cifras" sin negociación o acuerdo previo con Abengoa. La directiva añadió que las relaciones con las otras dos grandes agencias de calificación, S&P y Moody's, "es fluida y transparente".
En cuanto al segundo, el consejero delegado, Manuel Sánchez, mostró su irritación por las insistentes preguntas en torno a Palen. "Tenemos veinte proyectos más interesantes que este. No entiendo el interés en él, pero contestaré a las preguntas", dijo. "Habrá noticias de él en los próximos seis o nueve meses. Antes de eso habrá cientos de noticias sobre Abengoa", añadió. El grupo va a reconfigurar el proyecto, usando su propia tecnología tras dos años testando sistemas de almacenamiento de energía, tras las pegas técnicas y ambientales que puso el regulador eléctrico californiano y que tumbaron la propuesta inicial.
Deuda
Con respecto a la deuda, Abengoa no ha precisado, a preguntas de este diario, cuál es la deuda neta total a cierre de septiembre. A final de junio era de 10.277 millones, 1.800 millones más que a marzo.
Los analistas también se interesaron por supuestos problemas para que la filial Abengoa Yield coloque 255 millones de euros en bonos (inicialmente previstos para su colocación en dólares) para financiar la primera compra de tres activos concesionales a Abengoa. "Estos bonos aún no tienen ráting porque Yieldco es una compañía muy nueva", detalló Sánchez Ortega, quien no obstante aseguró que están encontrando buena acogida entre potenciales inversores.
El consejero delegado también negó que el plazo para que Abengoa baje su participación por debajo del 50 por ciento en Yieldco (lo que le permitirá desconsolidar la deuda asociada a los activos que le vaya vendiendo) sea de dos años. Ahora controla el 64 por ciento, "nos sentimos cómodos y no hay una previsión establecida para llegar al 49 por ciento", señaló.