Dos jóvenes comerciales que trabajaban en Asia para Mayoral, una de las empresas andaluzas más importantes del sector textil, han puesto fin a su relación laboral por causas personales. Presentaban síntomas de cansancio, pérdida de apetito, baja de peso, astenia y otras reacciones fisiológicas. Se llama estrés y se presenta cuando las demandas de la vida se perciben demasiado difíciles. La persona se siente ansiosa y tensa y se percibe mayor rapidez en los latidos del corazón.
De sobra es conocido que los dueños de Mayoral, sus directivos y su amplia plantilla ponen corazón en fabricar y vender sus ropas no sólo en Málaga, sino en muchos países del mundo, entre los que se encuentra China. Sin embargo, a estas dos chicas les latía demasiado rápido su corazón. Por eso han huido de la situación que lo provocaba: las ventas.
La empresa Mayoral, que preside Rafael González de Gor, lleva más de 70 años fabricando ropa. En sus nuevas instalaciones en el polígono de San Luis de Málaga capital ha invertido casi 50 millones de euros. El objetivo de la compañía es duplicar su capacidad de producción y distribución hasta los 40 millones de prendas al año. En 2011, la empresa facturó unos 240 millones de euros, un 15 por ciento más que en 2010, y fabricó unos 22 millones de prendas.
Las tres naves construidas recientemente por el grupo malagueño Sando se asientan sobre una superficie de 60.000 metros cuadrados junto a la antigua fábrica de Mayoral, que complementa otros 20.000 metros cuadrados de almacén.
La textil malagueña exporta el 60 por ciento de su producción; tiene 140 tiendas propias repartidas por 50 países; emplea de forma directa a unos 1.000 trabajadores, de los cuales 400 trabajan en Málaga, y genera otros 5.000 empleos indirectos. Además, confía en crear 200 empleos en los próximos seis años. Ideal. Es bueno poner corazón en las cosas, pero es malo que su latido vaya demasiado rápido. El estrés es muy peligroso. Y si no que se lo pregunten a estas dos jóvenes.