
China, aunque ha conseguido frenar el "boom" del sector inmobiliario después de dos años de medidas de contención, todavía debe "reducir la inversión especulativa" en vivienda, que aún atraviesa un "momento crítico", según su primer ministro, Wen Jiabao.
En una visita este fin de semana a viviendas para rentas bajas de nueva construcción en Tianjin (al este de Pekín), Wen destacó que sigue siendo importante controlar el mercado inmobiliario nacional, y que para ello es importante incrementar la oferta de casas a bajo precio.
En Tianjin (donde un día antes Wen visitó la planta de ensamblaje de Airbus junto a la canciller alemana Angela Merkel), el jefe de Gobierno recordó que Pekín se ha fijado la meta de construir 36 millones de viviendas de renta baja entre 2011 y 2015.
Esta misma semana el ministro de la Comisión Nacional de Reforma y Apertura (equivalente a un ministerio de economía), Zhang Ping, dijo que el país continuará ejerciendo medidas de control del sector inmobiliario "para evitar rebotes en los precios de la vivienda en la segunda mitad del año".
El año pasado, en un contexto entonces de fuerte inflación y burbuja inmobiliaria, se impusieron limitaciones en el sector de la vivienda, desde la prohibición de compra de segundas residencias en ciudades como Pekín a la introducción de impuestos de propiedad o la construcción de millones de casas subvencionadas para rentas bajas.
Estos controles, que continúan pese a un diferente entorno económico en 2012 (baja inflación y desaceleración económica), han logrado que, según las estadísticas del pasado julio, los precios de la vivienda hayan bajado en 58 de las 70 principales ciudades del país con respecto al mismo mes de 2011.