
Si usted tiene tiempo y dinero, no lo dude: acuda a una subasta inmobiliaria. Estas se han convertido en una gran oportunidad para conseguir inmuebles por precios notablemente inferiores a los del mercado, ya que muchas de ellas se celebran con descuentos en el precio de hasta el 30 por ciento.
Las subastas ofrece grandes oportunidades, ya que pueden reducir el precio de una vivienda hasta en un 30 por ciento y permiten participar a cualquier persona o empresa.
En España se realizan varios tipos de subastas. Las más habituales son las presenciales, las que se realizan por medio de sobres cerrados, las que se llevan a cabo a través de Internet, y las que permiten utilizar diversos canales de manera indistinta.
Marisela González, directora de Subastas y Adjudicados de Atisreal (una de las firmas del sector), explica que las presenciales se caracterizan por disponer de un periodo de tiempo en el que los licitadores pueden informarse sobre las características de los inmuebles ; habitualmente suele ser un mes. "Se fija una fecha, en la que se hará la subasta en acto público. Las bases pueden variar de una a otra, pero en general tienen todas las mismas características: una fianza de un 1 por ciento sobre el precio de salida del lote por el que se está interesado para poder pujar, información registral sobre el inmueble, etc.".
Abiertas y públicas
Todas las subastas que celebran son abiertas y públicas, por lo que cualquier persona particular o empresa puede participar en ellas.
En las realizadas a sobre cerrado, sólo se aceptan pujas con un precio final de compra. Es decir, el licitador pone un precio final por un lote y es el adjudicatario si no existen pujas más altas.
La directora de Atisreal explica que los inmuebles que engloban la subasta se encuentran en la página web de la firma, donde los licitadores pueden ver sus características y las bases legales de la subasta. Además, "realizamos un catálogo donde aparecen todos los documentos legales y las bases de participación.
Cualquier licitador, antes de pujar, puede visitar estos inmuebles sin necesidad de pagar el 1 por ciento. Esto sólo se hará una vez se haya visto el inmueble, se esté interesado en comprarlo y se vaya a pujar por él".
Una vez registrado y pagada la fianza, existe un periodo para realizar las pujas, que suele ser de un mes. También se admiten pujas por escrito o telefónicas (cuando se realiza una subasta presencial).
Sin restricción de acceso
En las subastas que organiza Tulipp, otra de las firmas más destacadas del sector, la participación es gratuita y no existe ninguna restricción de acceso. Ahora bien, una vez se puja por una determinada vivienda y es adjudicada a una persona, ésta deberá entregar un cheque, en concepto de señal o arras, equivalente al 10 por ciento del valor de adjudicación.
En una puja no sólo podemos encontrar viviendas. Algunas firmas de subastas cuentan, también, con una gran variedad de inmuebles como locales comerciales, solares, edificios, naves industriales, rústicas, plazas de aparcamiento, etc., que se encuentran repartidos por toda la geografía española.
También se celebran de vez en cuando subastas exclusivas, tanto porque los productos proceden de un único cliente como por el objeto en venta, que puede ser únicamente suelo.
Pero las subasta inmobiliarias no sólo están dirigidas a grandes y pequeños inversores o particulares, que quieren adquirir un inmueble por debajo del precio del mercado. También pueden ser una alternativa de desinversión de cualquier cartera de activos.
Grandes empresas
Así, resultan muy interesantes para algunas grandes empresas y entidades financieras de diverso tipo que quieren vender un importante volumen de activos de su patrimonio.
En estas subastas encuentran una manera rápida de hacerlo, debido al escaso tiempo que dura el proceso (aproximadamente un mes) y la transparencia que supone. Se trata, en definitiva, de una buena alternativa a la venta tradicional que, en ocasiones, puede ser más larga y complicada.