Aunque parezca una redundancia, en Estados Unidos existen las casas para especular. Con esta deonminación se refieren a aquellas viviendas que se construyen con el único objetivo de desprenderse de ella a un precio muy superior, pero sin tener comprador. La más cara de su especie está ahora a la venta por 60 millones de dólares.
La mansión está ubicada en Miami Beach y cuenta con cerca de 3.000 metros cuadrados de extensión y con lujos como una piscina olímpica cubierta.
La cifra puede parecer desorbitada, pero supone sólo 10 millones de dólares más de lo que costaba una de las casas más caras vendida el pasado año. En concreto, 50 millones fue lo que se desembolsó para comprar una masión en Bel Air. El responsable de que se pidiese ese precio, Mohamed Hadid, está especializado en este tipo de construcciones para especular.
Práctica en auge
Porque se trata de una práctica creciente en Estados Unidos, según recoge el diario The Wall Street Journal. Poco importa que el estallido de la burbuja inmobiliaria fuese uno de los detonantes de la crisis mundial posterior o que el número de embargos de viviendas en EEUU supere los 200.000 hogares cada mes, según los datos del portal RealtyTrac. Un segmento de la población puede permitirse comprar mansiones de lujo y un grupo de constructores e inversores puede permitirse dedicar grandes sumas de dinero a levantar este tipo de casas para ellos.
Un agente inmobiliario de Newport Beach asegura que los inmuebles nuevos son más atractivos para sus clientes ricos debido, en la mayoría de los casos, a su edad: no quieren esperar años hasta que sus residencias estén acabadas. "Han trabajado muy duro y el activo más valioso para ellos es el tiempo", afirma al WSJ.
Sin embargo, aunque estos constructores-especuladores se dirigen a un público objetivo pudiente, no están exentos de la realidad del mercado inmobiliario estadounidense, en el que la caída de los precios es el pan de cada día.
Un buen número de viviendas de millones de dólares construidas durante los momentos del boom se han quedado sin vender, forzando a sus promotores a bajar precios. Por poner un ejemplo, el pasado mes una de las residencias para especular más conocidas, ubicada en Los Ángeles, fue vendida por 23,5 millones de dólares, menos de la mitad de lo que se pedía por ella en 2007, 50 millones de dólares.