
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, expresó hoy su voluntad de aumentar el porcentaje de propietarios de vivienda, para equipararlo a la media europea, al presentar la reforma del dispositivo de ayudas, que reduce los fondos públicos.
El nuevo dispositivo se reduce a un préstamo sin interés del que podrán beneficiarse aquellos que quieran adquirir su primera residencia, y no como hasta ahora a cualquier comprador, a condición de no superar un determinado nivel de ingresos.
La cantidad del préstamo a tipo cero dependerá de cuatro criterios: la zona geográfica de la vivienda (se privilegian aquéllas donde hay más demanda), el número de personas que forman la familia, el hecho de que la casa sea nueva o usada y su eficiencia energética.
El coste estimado para el Estado es de 2.600 millones de euros, frente a los 4.400 millones que hubiera costado el dispositivo de subvenciones en vigor hasta ahora.
El principal cambio es la supresión de la exención de los intereses de los créditos inmobiliarios, medida estrella del "paquete fiscal" que había aprobado Sarkozy al inicio de su presidencia en 2007 y que habría representado un gasto público de 3.000 millones en 2013, tres veces más de lo constatado en 2009.
También desaparece el "pass foncier" -ayuda para familias con pocos recursos para adquirir casas nuevas- que permitía aplazar el pago del solar de una vivienda hasta que se hubiera pagado la obra construida.
El presidente francés puso el acento en que su "objetivo es el 76% de propietarios" de vivienda, es decir alcanzar la media europea, muy superior al 58% que se da en Francia en la actualidad.
Por eso justificó que se vayan a "fusionar tres dispositivos" para que las ayudas públicas se centren en los que no son propietarios.