
No habrá recuperación ni salida de la crisis si no se recupera la vivienda. Esa es la conclusión a la que han llegado los profesores de la Universidad de Chapman, Sven Gjerstad y Vernon L. Smith, que ganó el premio Nobel en 2002..
Los académicos recuerdan en un artículo en The Wall Street Journal que en sus estudios de todas las recesiones de posguerra hay un hecho empírico: si no se recupera el gasto en vivienda, confirmado por una recuperación en el gasto en bienes duraderos, no hay recuperación económica.
Tanto en la Gran Depresión como en cualquier recesión desde entonces, la recuperación de la construcción residencial ha precedido a la de cualquier otro sector, y además su recuperación ha sido mucho mayor en porcentaje que en cualquier otro gran sector, al menos en EEUU, según Gjerstad y Smith.
Y esta lección de la historia, si se vuelve a cumplir, nos advierte de que Estados Unidos no está camino de la recuperación, en contra de lo que algunos quieren creer.
Los profesores han analizados todos los componentes del gasto del PIB según su desviación porcentual desde el cuarto trimestre de 2007, momento en el que comenzó lo que ya se denomina la "Gran Recesión". De momento, las caídas han sido similares al resto de las recesiones previas en EEUU, si bien han sido más profundas y durante más tiempo, según explican.
Los datos no acompañan
Para el cuarto trimestre de 2007, las ventas de viviendas nuevas habían caído sin interrupción durante nueve trimestre consecutivos y la construcción de viviendas lo había hecho durante siete.
Las ventas de casas nuevas se recuperaron ligeramente en 2009, pero ahora han vuelto a reducirse durante tres trimestre. El gasto en construcción residencial ha estado plano durante cinco trimestre. El gasto en bienes de consumo duradero se ha estabilizado, como mucho, explican Gjerstad y Smith.
Por el contrario, en las anteriores recesiones, en el primer año de recuperación la construcción de viviendas nuevas se incrementó un 26,3% de media. En contraste, que en 2009 subió un 6,3%, el nivel más bajo de cualquier recuperación de una recesión.
Gjerstad y Smith se muestran muy pesimistas sobre el futuro: según ellos ninguna de las políticas que actualmente se están debatiendo podrá cambiar la situación, ya que el mercado está saturado de casas embargadas y con propietarios que tienen unas pérdidas patrimoniales (negative equity) de 771.000 millones de dólares.
Por todo ello concluyen: "estamos casi seguro ante un largo y arduo camino".