
El mercado residencial no podrá "digerir" el millón de viviendas sin vender que mantiene colapsada la actividad de los promotores hasta finales de 2011 o mediados de 2012, según los Registradores de la Propiedad, que creen que "no será fácil" acelerar la absorción de este 'stock' y dar aire al sector, en primer lugar, por razones demográficas.
Según indicó el decano-presidente del Colegio de Registradores de España, Eugenio Rodríguez Cepeda, durante las Jornadas sobre el mercado hipotecario en los países iberoamericanos, en ausencia de actividad, llevaría dos años dar salida a estas viviendas.
Sin embargo, la producción de inmuebles, aunque se ha ralentizado, mantiene cierta inercia y sigue poniendo nuevas promociones en el mercado en paralelo a la caída de la demanda, por lo que la absorción del 'stock' no se producirá antes de "tres años o 40 meses".
En cifras, los últimos datos de visados de obra nueva, que suponen una avance de la actividad en los próximos años, cayeron un 58% en 2008, lo que demuestra este parón de la actividad para ajustar los ritmos de producción. Sin embargo, las compraventas de viviendas nuevas sumaron 296.405 en el mismo año, un 13,1% menos.
Demografía y crédito
Según Rodríguez Cepeda, "no será fácil" acelerar la absorción de este 'stock' de viviendas y dar aire al sector, en primer lugar, por razones demográficas.
Así, explicó que los ritmos de natalidad se redujeron en los años 80 en relación a décadas anteriores, de modo que, pese a la llegada de inmigrantes y la proliferación de hogares monoparentales, la población de entorno a 30 años, los potenciales compradores, se ha reducido coincidiendo con el exceso de "despensa" en el mercado inmobiliario.
"Dudo que se pueda acortar este plazo", indicó el decano del Colegio de Registradores de España, quien relegó de esta forma a un segundo plano las dificultades del crédito, que también se manejan como clave para reanimar la demanda de viviendas.
Al respecto, aseguró que a tenor de las conversaciones mantenidas por los Registradores con el sector bancario, "aquí nadie ha cerrado el grifo (del crédito), sino que el agua que fluye no es la misma que antes", es decir, que se han endurecido las condiciones y las hipotecas ya no son un "manantial inagotable".