
Se podría decir que Túnez es "un museo a cielo abierto" debido a la cantidad de emplazamientos arqueológicos y ciudades históricas existentes, en las que compartir con sus gentes una experiencia única. Un país a menos de dos horas de España que, después de superar una revolución, ha recuperado su libertad y sus ganas de vivir, algo que se palpa en el ambiente.
Túnez se encuentra ante un nuevo desafío, el de cambiar la percepción que del país se tiene y transmitir que es un destino seguro, tal como hemos podido constatar el grupo de periodistas de la Federación Española de Periodistas y Escritores de Turismo (FEPET) que recientemente lo hemos visitado. El Ministerio de Asuntos Exteriores español ya suprimió las restricciones de viaje, dadas las medidas de seguridad aplicadas en calles, aeropuertos y demás lugares públicos, similares a las que pueden ponerse en práctica en Madrid, París, Berlín o Londres.
La tranquilidad es absoluta y lo que hace falta es que de nuevo aumente el flujo de visitantes ya que el país se lo merece. Dicho esto, hagamos un pequeño desglose de nuestro recorrido por Túnez.
Sidi Bou Said
Cerca de la capital está un pequeño pueblo desde el que ver el atardecer, muy pintoresco con sus casas pintadas cuidadosamente en blanco las paredes y en azul celeste puertas y ventanas. Parece ser que fue el barón francés Rodolphe d'Erlanger quien, en la época colonial y por ley impuso estos colores al pueblo.

Entre las callejuelas empinadas lo que se disfruta es pasear y encontrarnos lugares como el restaurante Dar Zarrouk y Dar Said y después el café El Alia o Café Des Nattes, más conocido como "Café de las Esteras", y tomar un delicioso té de menta con piñones.
Si nos acercamos al mirador de Ras Qatarjamah, ubicado en el extremo de la ciudad, desde ahí se puede disfrutar de unas fantásticas vistas del golfo de Túnez y una panorámica de la bahía de Sidi Bou Said con el Mediterráneo como telón de fondo.
Isla de Djerba
Como destino turístico vacacional por excelencia, la isla de Djerba concentra el mayor número de hoteles, resorts y complejos turísticos del país. La proximidad de la isla al continente -al que está unida por la calzada romana de El Kántara- permite descubrir con facilidad la zona de Tataouine, con lugares evocadores como sus ancestrales castillos-graneros del desierto. Aquí se rodaron buena parte de las escenas de Star Wars (Guerra de las Galaxias).

En el interior de Djerba, encontramos la sinagoga de La Ghriba. Reconstruida en 1920, cada año acoge durante la Pascua judía una gran peregrinación proveniente del norte de África.
El hotel Radisson Blu Palace Resort & Thalasso es en esta isla un oasis de lujo y exotismo. De proporciones inmensas introduce al huésped en un escenario del tipo de las mil y una noches.

Susa
A 10 km nos encontramos Port El Kantaoui, que congrega resorts para todos los gustos, muy bien equipados. Con un cuidado campo de golf y para comer el Restaurant Le Méditerranée, un excelente y cuidado local donde saborear la cocina marinera.
Cartago
Es un rincón del Mediterráneo que merece una visita por sus ruinas catalogadas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. En el espectacular recinto arqueológico destacan las Termas de Antonino.
Túnez, la capital
Imprescindible visita es la medina de la capital tunecina. Todo gira alrededor de la Gran Mezquita Zitouna, con sus callejuelas atiborradas de tiendas de perfumes, joyas, alfombras, babuchas... Esta medina está declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1979.
El Museo Nacional del Bardo nos lleva hasta el periodo romano. Posee una célebre colección de mosaicos, la más importante en el mundo. El gran vestíbulo del Museo, realzado por el mosaico monumental del Triunfo de Neptuno, evoca los relatos de La Eneida. En la entrada se exhibe también un mural en recuerdo a las víctimas del atentado de marzo de 2015. Un gesto que nos recuerda que la historia debe recordarse para no repetirse.
Cómo llegar: Tunisair opera 4 vuelos semanales desde Madrid y 6 vuelos semanales desde Barcelona.
Más información: www.turismodetunez.com