Si este verano quieres escaparte a uno de los destinos más exóticos, salvajes y desconocidos por el turista, tu lugar es Alaska.
Tierra de glaciares y vegetación exuberante, este imponente Estado de Estados Unidos sorprenderá a los apasionados de la naturaleza. Situado en el extremo noroeste de América del Norte, se separa de Rusia por el Estrecho de Bering y limita con Canadá al este. Contrariamente a lo que se piensa, no se trata de un destino tan lejano para los viajeros españoles, ya que se puede llegar atravesando el Polo Norte, gracias a los vuelos directos de Reykjavík a Anchorage.
Los mejores meses para viajar a Alaska son los de verano, cuando se alcanzan unas temperaturas máximas de hasta 30ºC y unas 20 horas de luz solar, ideal para aprovechar al máximo de todas las maravillas de este país.
Nuestra ruta empieza en Anchorage, la capital y la ciudad más tax friendly de Estados Unidos. Para senderistas, aventureros e intrépidos cuenta con un amplio repertorio de lagos, montañas y naturaleza. Como telón de fondo están las aguas de Cook Inlet, colmadas de salmones; los imponentes picos del Parque Estatal Chugach; o, entre otros, las aguas cristalinas del Lago Hood de Anchorage, donde se encuentra la base de hidroaviones más activa del mundo.
Pero no solo ofrece grandes paraísos naturales, Alaska también es sitio para foodies. Los alaskeños son grandes maestros en la cocina, con platos típicos como el salmón a la plancha, su Akutaq (carne sazonada con azúcar y base de bayas), costillas en salsa de tomate, hamburguesas de alce, caribú o reno; o el Gumbo, un guiso con carne y verduras, generalmente acompañado de una deliciosa salsa picante.
Los amantes de la cerveza también tienen su hueco en esta zona de los Estados Unidos: la Alaskan Beer. La cervecera Alaskan Brewing Company se fundó en 1986, la primera en hacerlo en la zona sur de Alaska, después de la Ley Seca. Tiene varios tipos de cervezas, aunque destaca la Alaskan Amber, elaborada con maltas ahumadas en madera de aliso, aderezada con brotes de abetos autóctonos.
No nos resistimos a recordar que Alaska ha sido escenario entrañable de películas y series. Es el caso de la mítica serie 'Doctor en Alaska', ambientada en el ficticio pueblo de Cicely, inspirado en Talkeetna,... el siguiente punto de nuestro recorrido. Este pintoresco pueblo se sitúa en la confluencia de los ríos Susitna, Chulitna y Talkeetna y mantiene una estética como el viejo oeste estadounidense. En Talkeetna se pueden realizar todo tipo de actividades relacionadas con la naturaleza como el avistamiento de aves, rafting, ciclismo de montaña, escalada y pesca. Además, podremos visitar el Talkeetna Historical Society Museum, donde descubrir la etnografía de Alaska.
La ruta continúa por el Parque Nacional de Denali, el corazón de la vida salvaje de Alaska. Por el camino nos podremos topar con algún simpático arce, osos pardos, lobos, caribúes, y algún que otro salmón saltarín. Y es que, si por algo es conocida Alaska es por su fauna, entre la que destacan un gran número de aves autóctonas: la perdiz nival, la grulla de Canadá, el pigargo de cabeza blanca y, por supuesto, el águila real. Denali es una gran reserva natural, con un área de 24.000 kilómetros cuadrados, en la que se encuentra el majestuoso monte McKinley, la montaña más alta de Norteamérica, con 6.193 metros de altura.
Denali no es el único parque natural que encontramos en el estado de Alaska, también se puede visitar el Parque Nacional de los Fiordos de Kenai, situado en Seward, la última parada de nuestro recorrido. Sus panorámicas dejarán sin palabras a cualquier visitante. Este parque, con una superficie de 2.711 kilómetros cuadrados, lleva el nombre de los numerosos fiordos y glaciares del valle. Los fiordos discurren por las montañas del emblemático campo de hielo Harding, uno de los más grandes de Estados Unidos, con 40 glaciares que desembocan en él.
Además de las vistas de sus fiordos, en Seward se puede visitar el Centro de Vida Marina de Alaska, el único acuario público del estado en el que conocer el ambiente marino del norte. Situado a orillas de la Bahía Resurrección, está dedicado a entender y mantener la integridad del ecosistema marino del lugar.
Respirar en Alaska es sinónimo de bienestar, relax, disfrute y de todo lo que la naturaleza puede brindarnos.
CÓMO VIAJAR A ALASKA
Puedes viajar desde España con el turoperador Island Tours, que dispone de tres paquetes especializados: 'Esencias de Alaska', que incluye una excursión panorámica en tren de Anchorage a Denali y un tour dentro del Parque Nacional, 5 días por 1.796 euros. 'Paisajes de Alaska', un tour de 9 días por Anchorage, Seward, Talkeetna y los Parques Nacionales de Chugach, Kenai y Denali, por 3.543 euros. Y por último, 'Alaska a su aire', 9 días en los cuales se podrá realizar el viaje a bordo de nuestro propio vehículo, desde 2.106 euros.
Más información: www.alaskatours.es