
No hay presentación de Esslingen que no recuerde que esta antigua localidad alemana, situada en el área de influencia de Stuttgart, sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial sin sufrir daños. La apreciación no es banal, puesto que supuso salvar un legado que supera los 1.000 años de antigüedad. Las raíces de Esslingen se remontan al medievo y su centro histórico es la prueba viviente. Allí se conservan, cuidadosamente restauradas, las bonitas casas de entramado de madera, tejados picudos y vivos colores. Viviendas características de las ciudades medievales centroeuropeas que desafían el paso de los siglos... y alguna, incluso, el peso de la gravedad a decir de la curvatura de las maderas.
Hay más de 200 construcciones de este tipo en el casco antiguo, originarias del siglo XIII al XVI. Componen un escenario de cuento, en perfecta consonancia con las callejuelas retorcidas y su irregular empedrado. Pero, el número total de edificaciones medievales que embellecen el casco es mucho más elevado. Entre ellos, destaca el hoy llamado "Ayuntamiento viejo" (¡Esslingen tiene tres ayuntamientos!), que antiguamente fue la Casa de Comercio e Impuestos y en cuya fachada renacentista llama la atención un original reloj astronómico. Debajo del carrillón (las campanas repican en varias ocasiones a lo largo del día), y casi enmarcadas por alas erguidas del águila imperial se muestra la hora. El mecanismo del reloj es de 1591 y -sí, seguro que lo adivina...- sigue funcionando a la perfección.
Otro de los enclaves interesantes para visitar es el Castillo de Esslingen. Tiene casi 700 años y originalmente formaba parte de la muralla que rodeaba la ciudad y de la que todavía quedan en pie un par de torres. Aunque son unos 300 escalones, vale la pena el esfuerzo por disfrutar de la vistas de la ciudad desde lo alto, con las terrazas de viñedos a su alrededor.
La época de esplendor de Esslingen, el siglo XIII, coincidió en gran medida con la factura de la mayoría de estos monumentos. Aunque incluso antes, desde la época de los Carolingios, Esslingen era ya una próspera ciudad en la ruta comercial que atravesaba Europa. Una actividad comercial, que sus habitantes se aseguraron construyendo dos puentes sobre el río Neckar -dos de los más antiguos de Alemania, por cierto- y que pervive en el espíritu de la ciudad.
Hoy la actividad comercial sigue siendo muy dinámica -también el nivel de vida de sus habitantes-, a lo que contribuyen las industrias técnicas afincadas en la zona y también el desarrollo de la viticultura, que viene de lejos. De hecho, se cuenta que en esta encantadora ciudad se produjo por primera vez vino espumoso en Alemania... gracias al afán emprendedor de Georg Christian Kessler, una figura vinculada también a la producción de Champagne en Reims.
Navidad en Esslingen
La Navidad es una época especial en Esslingen. Es cuando se monta el mercadillo medieval y el "decorado" natural cobra vida. Los atuendos de los tenderos en los puestos rememoran los ropajes de quienes les precedieron siglos atrás. Artesanos varios (herreros, carpinteros, tapiceros, cesteros...) ofrecen sus artículos. Mientras Juglares y músicos, tragafuegos y demás personajes de inspiración medieval componen una ambientación perfecta.
En los puestos, abiertos hasta el 22 de diciembre, se pueden encontrar todo tipo de objetos de decoración, motivos navideños y regalos. También se venden dulces típicos y glühwein, un tipo de vino caliente con especias que ayuda a reponer fuerzas y combatir el frío. ¡No hay que olvidar que seguimos en Alemania!
En los alrededores:
Esslingen se encuentra a 22 kilómetros de la ciudad de Stuttgart, capital del Estado federado alemán de Baden-Wurtemberg. Para los amantes de los coches son visita imprescindible el Museo de Mercedes Benz y el Museo Porsche.
Más información:
Oficina de Turismo de Esslinger (www.esslingen-tourist.de)
Para visitas guiadas o ampliar información: info@esslingen-tourist.de