Viaje del mes

Las cataratas maravillas de la naturaleza

Las Cataratas del Iguazú han sido designadas como una de las 7 Maravillas de la Naturaleza, un honor que no menosprecia a sus otras hermanas de agua, pero que las representa con enorme majestuosidad.

Las cataratas en general cuanto mas grandes son y con mayor fuerza caen, más nos impactan. "Niagara poor Niagara" es la placa que conmemora la visita de la primera dama de los EE.UU., la Sra. Roosevelt, cuando vio por primera vez tan extraordinaria maravilla.

Las Cataratas del Iguazú pertenecen a la Humanidad, pero la naturaleza decidió que fueran compartidas por dos países que nunca se han caracterizado por entenderse bien a la hora de compartir. Antaño rivales por sus disputas territoriales, en la actualidad con una disputa mucho mayor y trascendental, el fútbol. Hablamos de Brasil y Argentina. Unos se vanaglorian al decir que la mejor vista de las cataratas esta en el lado brasileño y es verdad, los otros aluden que esto es debido a que las más bonitas caen de las riveras argentinas y también es cierto. Por lo que, un experto profesional de viajes siempre aconsejará a sus clientes que visiten ambos lados.

De acuerdo que estas cataratas no son muy altas, la mayor tiene 82 metros, pero estamos hablando de un ejercito alineado de 275 cascadas en apenas 2,7 km. de recorrido. Desde el lado brasileño tenemos toda la vista panorámica deseada, el ensordecedor rugir del agua al caer se escucha desde varios kilómetros antes de que lleguemos a verlas.

El itinerario transcurre por un camino con una baranda de madera que se inicia frente al Hotel Das Cataratas, una bonita casona típica de "fazenda" brasileña, con lujosos salones con chimeneas de piedra estilo colonial. Para no andar con prisas y vivir una sensación más auténtica, se debe dormir en este hotel, entre otras cosas porque el Parque Natural y protegido, donde se encuentran las cataratas, cierra a las cinco de la tarde, aunque en verano prolongan un poco más el tiempo de estancia.

Además de a pie por el citado recorrido, las cataratas se pueden visitar desde el mismo río. Una excursión en grandes balsas con motores fuera-borda hará las delicias de mayores y pequeños, y desde ese nivel sí que se ven grandes de verdad. La opción más cara es verlas desde un helicóptero, pero lo recordaremos toda la vida. Precioso el vuelo que hacen los pilotos sobrevolando "la gran garganta del diablo", eso sí, como todo lo bueno, demasiado corto.

Si hemos dormido en Brasil, al día siguiente hay que ir al lado argentino. El itinerario comienza tomando un tren minero desde las inmediaciones del Parque Nacional Iguazú. Después a pie sobre las crestas de las cataratas, viendo cómo transcurre el río antes de caer. El final de este bello itinerario es todo un espectáculo, la Garganta del Diablo, la gran catarata que, como un gigantesco desagüe, parece que lo engulle todo. Da hasta miedo asomarse, millones de litros de agua se despeñan casi 100 metros en caída libre y no podemos escucharnos, gritamos para ser oídos. Damos las gracias por haber tenido la certera decisión al elegir este destino para nuestro viaje.

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