En Francia, y más concretamente en los Alpes Franceses, nos encontramos con el mayor dominio esquiable del mundo. El 30% de los kilómetros cuadrados hábiles para la practica del esquí de todo el mundo se encuentran aquí, en sus 8.000 kilómetros de pistas, alimentadas por 4.000 remontes mecánicos.
Paraíso para los amantes del deporte blanco, Francia cuenta con más de 6.000 pistas repartidas en 25.000 hectáreas y ofrece de este modo el mayor territorio esquiable del mundo. Cada territorio, cada macizo, tiene su especificidad. Tanto si uno busca el encanto auténtico y agradable de las estaciones-pueblo, recuperar la energía en medio de la tranquilidad de las estaciones de pequeña y mediana altitud, la efervescencia de las estaciones internacionales y sus inmensos territorios esquiables, o también el ambiente acogedor de las estaciones familiares, cada cual encontrará el entorno que más le conviene?
No hay nada mejor que una estancia en la montaña para recargar las baterías, respirar aire puro y disfrutar de la naturaleza. En definitiva, unas vacaciones de bienestar para todos en un entorno excepcional. La diversidad de posibilidades se convertirá en todo un problema, no sabremos qué elegir.
Y es que cada una de las estaciones tiene su encanto y sus beneficios. Generalmente, todas cumplen de sobra con los estándares de calidad exigibles. Excelente relación calidad/precio; un mundo gastronómico como arte de vivir; un après-ski variado, divertido y con mucha vida nocturna; calidad y garantía de nieve, instalaciones para que todos puedan esquiar, expertos, novatos o familias. Y, por supuesto, el encanto y la belleza de los Alpes Franceses.
Para los más exigentes
Se ha englobado cada estación en varias categorías. Así nos encontramos aquellas en las que han florecido los nuevos deportes y han construido magníficos snowparks y boardercross; o las que tienen un sello (Famille + Montagne) muy familiar y mantienen actividades para todas las edades, una acogida personalizada y unos servicios médicos de primer nivel.
Hay estaciones con el distintivo de pueblo auténtico, sin construcciones modernas, en espacios naturales protegidos, y donde se pueden practicar todas las modalidades del esquí, desde trineos con perros, hasta raquetas, senderismo, etc. Otras son los llamados grandes dominios, en las que con un solo forfait accedes a todos los remontes de varias estaciones. Estaciones club, en forma, Spa, nórdicas, en fin, todas ellas pensadas para ayudar al cliente a escoger su destino. Para los más fanáticos, que sepan que muchas están abiertas desde finales de noviembre hasta comienzos de mayo.
Al mundo esquiable de los Alpes Franceses, se le unen también sus hermanas menores del Pirineo francés. Aquí 38 estaciones dibujan una línea continua desde el mar Cantábrico hasta el Mediterráneo, la frontera natural entre España y Francia.
Un excelente après-ski
Una estancia en una estación francesa ofrece, asimismo, la oportunidad de descubrir el arte de vivir y la gastronomía a la francesa. La cocina de nuestras montañas es sencilla y rústica, es una cocina que se comparte... En la actualidad nuevas generaciones de cocineros dedican su talento para desarrollarla a través de platos refinados.
Algunos proponen incluso una cocina gastronómica, merecedora de estrellas en la guía Michelín. Después de esquiar, el tiempo se dedica a pasear por las estaciones, descubrir el arte local y realizar compras para disfrutar de la moda francesa, cuya fama no necesita ser demostrada. Cuando llega la noche, una vida nocturna trepidante aguarda al viajero: restaurantes, bares, casinos, discotecas, conciertos, festivales... Para todos los gustos.
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