Viaje de la semana

Fez y Meknés, la belleza de dos ciudades imperiales

De las cuatro ciudades imperiales de Marruecos: Rabat, Marrakech, Fez y Meknés, hoy visitamos Fez y Meknés.

Fez: la perla imperial más antigua

La monumental Fez, la gran ciudad imperial por excelencia y durante siglos capital política y cultural de Marruecos, alcanzó con los benimerines su máximo esplendor en el siglo XIV. Destaca en ella la Mezquita de Karauine, vestigio de los tiempos en los que su universidad guiaba la interpretación del Islam. Es la más importante de Fez, y quizás también la primera universidad del mundo. Tiene una de las bibliotecas más importantes del Islam. Se impartía jurisprudencia, lengua, gramática, matemáticas y medicina. Los no musulmanes no podemos visitarla.

Cerca nos encontramos la Madraza de Bou Inania, una de las escuelas coránicas más representativas de Marruecos. Seguimos paseando por la medina medieval, Fez el Bali, probablemente la más bella del país, con sus más de 240 mezquitas y en la que viven más de 300.000 personas.

Lo primero que hay que hacer es procurarse es un buen guía porque el entramado de calles y callejones es tal que resulta imposible hacer un recorrido con un mínimo de orden sin la ayuda de alguien que conozca bien la medina. Está declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO.

El barrio judío o Fez el-Djedid, con sus originales casas y las tiendas en la parte baja de cada edificio, merece una visita al igual que el cementerio judío. La ciudad moderna, construida por los franceses, se denomina Ville Nouvelle.

Para empaparse bien de Fez hay que pasearla detenidamente porque a cada paso hay algo que ver, aunque no sea una ciudad de grandes monumentos. Realmente Fez es capital de la artesanía. La ciudad puede enorgullecerse de poseer una gran y atractiva experiencia artística en los diversos oficios que trabajan la cerámica, la madera o el cuero.

Los diferentes oficios y artículos de venta se dividen por clases en calles y callejones diferentes -artesanías, orfebrería, objetos antiguos, junto con los zocos de carne, verduras, frutas, especias y pescado- hasta la plaza de los herreros y el zoco de los tintoreros, donde esforzados artesanos dan color a tejidos y ropas, y las curtidurías, que todavía hoy en día muestran el proceso artesanal de trabajo de la piel.

El barrio de los tintoreros y la plaza de las curtidurías son un espectáculo tan impactante para la vista y el olfato que difícilmente lo olvidará el visitante. Desde la Terrasse de Tannerie, la tienda de artículos de piel más grande, la panorámica de las cubas de tintes y las pieles colgadas al sol dan una visión única de Fez.

Llegada la hora del almuerzo es buena idea visitar Palais Mnebhi, establecimiento que sirve una rica comida marroquí en el exquisito marco de un palacio bellamente decorado con artísticos artesonados.

Seguimos nuestra ruta y cerca de una de las puertas de la medina nos encontramos el barrio de los Andaluces, llamado así en recuerdo de los andaluces procedentes de la España musulmana que llegaron a esta zona de la ciudad en el siglo IX. Aquí se encuentra la original Mezquita de los Andaluces, que sorprende por su esplendor y majestuosidad.

Para alojarse: Zalagh Park Palace (www.zalagh-palace.ma)

Siguiente parada: Meknés

A 60 kilómetros de Fez se encuentra otra ciudad imperial, Meknés, que también posee una impresionante medina, rodeada por tres murallas concéntricas construidas en el siglo XVII por el sultán Muley Ismael. Impresiona por la monumentalidad y las enormes proporciones de plazas y edificios que rodean el Palacio Real, en especial el portal de Bab el Mausur, que es una maravilla y es una de las edificaciones históricas mejor conservadas de todo Marruecos.

Imprescindible recorrer su calle principal, cubierta de tejavanas y toldos, llena de bazares, tenderetes, tiendas de todo tipo y un conjunto intrincado de calles y callejones que resultan impactantes.

Más información: www.visitmorocco.com

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