
Nantes es de esos destinos que uno desearía visitar varias veces en la vida. La ciudad se mueve al ritmo de la cultura y el arte, visibles en sus calles y recovecos, entremezclados con un ambiente fresco que aúna historia, tradición y modernidad.
"El viaje a Nantes" es apto para todos los públicos. Los más pequeños de la familia pueden disfrutar en la Isla de Nantes, rodeada por el Loira, del proyecto artístico 'Las Máquinas de la Isla'. Se trata de un equipo de máquinas vivas inspiradas en Julio Verne, Leonardo da Vinci y la historia industrial de la ciudad, donde destacan el Gran Elefante, ideal para realizar un paseo por la isla a 12 metros de altura; o el Carrusel de los Mundos Marinos, un increíble acuario mecánico de 25 metros de altura formado por tres tiovivos apilados, que están abiertos al público.
Hay varias visitas imprescindibles en la ciudad. La armónica y vital Plaza Graslin es una de ellas, un lugar de encuentro para los ciudadanos de Nantes que se acercan al imponente Teatro Graslin -centro de la vida artística de finales del siglo XVIII. Además, en esta plaza podemos dar con uno de los restaurantes más antiguos de la ciudad, La Cigale, que data de 1895. Escenario de películas como Lola (de Jacques Demy) y del nacimiento del movimiento surrealista, ofrece una cocina tradicional con un menú de unos 25 euros aproximadamente.
En el barrio de Graslin, zona señorial del siglo XIX, también podemos encontrarnos las más antiguas chocolaterías y pastelerías de Nantes, pequeñas boutiques de ropa, bares donde disfrutar de un buen Muscadet -D.O. de Nantes-, como La Comedie des Vins y la galería comercial Passage Pommeraye. Esta última data del año 1843 y sirvió de inspiración a Verne para la "construcción" de la cabina del capitán Nemo.
La Plaza Real de Nantes, en pleno corazón de la ciudad, es otro de los puntos por los que todo turista debe pasar. Construida en 1790 por el arquitecto Crucy, fue totalmente reconstruida tras los bombardeos de la II Guerra Mundial. Actualmente, desde hace poco tiempo, la plaza es sólo peatonal. Está presidida por una magnífica fuente desde la que podemos admirar la Basílica de San Nicolás, del siglo XIX.
Muy cerca de esta plaza también se ubica la Iglesia de Santa Cruz, que impone por su hermoso campanario, donde Julio Verne fue bautizado, ya que Nantes fue la ciudad que le vio nacer.
En el siglo XV, Nantes se convirtió en la capital de Bretaña -sede del poder político y la vida cortesana- y, por tanto, en residencia oficial de los Duques de Bretaña. Para ello, se construyeron dos nuevos edificios, símbolos del poder ducal: el Castillo de los Duques de Bretaña y la catedral de San Pedro y San Pablo. Hoy en día, son dos atractivos turísticos que nadie puede perderse.
El castillo se sitúa en el centro histórico de la ciudad y es el monumento emblemático de su patrimonio urbano. La fortaleza, formada por 7 torres conectadas, cuenta con una elegante residencia ducal del siglo XV en piedra, de estilo gótico, con algunas huellas de inspiración renacentista. También cuenta con otros edificios de los siglos XVI y XVIII que contrastan con la blancura y el refinamiento esculpido. El Castillo de los Duques de Bretaña alberga, además, el Museo de Historia de Nantes, que establece un recorrido en siete secuencias por la historia de la ciudad.
Muy cerca del edificio se sitúan otros monumentos de gran importancia como la catedral, la Torre Lu -antigua fábrica de la marca de galletas Lu, convertida hoy en centro de ocio nocturno- o el medieval barrio de Bouffay. Por su parte, en el mercado de Talensac, inaugurado en 1937, podremos adquirir toda clase de productos locales donde destacan sus quesos, vinos, frutas, dulces y ostras.
Una de las actividades que entusiasmará a los más pequeños de la familia, además de la Isla de Nantes, es coger un barco Navibus para cruzar el estuario. Sus simpáticos capitanes podrán dejarles incluso subir a cabina para que admiren cómo se maneja el barco. Una de las paradas imprescindibles en nuestro paseo en barco es el pueblo pescador de Trentemoult, donde podremos disfrutar de una rica gastronomía en el restaurante La Civelle.
Este verano, el viaje a Nantes alcanza su punto álgido con el festival cultural VAN (Voyage à Nantes). Del 3 de julio al 30 de agosto, artistas locales y de otras partes del mundo expresan su creatividad en los espacios públicos de la ciudad, mientras se suceden eventos en los que puede participar todo el público.
Cómo llegar:
Con Iberia Express desde Madrid, a partir de 49 euros por trayecto (comprando ida y vuelta), operando viernes y domingo. www.iberiaexpress.com
Dónde dormir:
En el céntrico 4 estrellas de Hotel de France www.oceaniahotels.com
Cómo moverte por la ciudad:
Ccon la tarjeta Pass Nantes tendrás transporte público gratuito, entradas a numerosos monumentos y lugares de interés.
Más información:
www.levoyageanantes.fr