Viaje de la semana

Descubre el legado faraónico en la Ruta de las Pirámides

Las pirámides son un sello de identidad de la cultura egipcia que, pasados miles de años, siguen en pie cumpliendo con las creencias del Antiguo Egipto. Construidas como complejos funerarios, no fue el miedo a la muerte lo que les impulsó a edificar tal majestuosos sepulcros, si no su fe en la vida eterna y su deseo de unirse al cosmos. Según la tradición, el faraón era considerado como hijo de dioses y era el encargado de dirigir sus poderes divinos sobre la tierra, por lo que atrapado entre el mundo mortal y el sobrehumano, era venerado en vida y adorado tras su muerte. La pirámide era el templo más apropiado para albergar el mausoleo de una personalidad tan importante que dejaba sobre su imperio un recordatorio acorde a su poder inmortal.

Cercanos a El Cairo, estos monumentos nos recuerdan la inmensidad de lo eterno, una ruta que maravillará al viajero con el gran legado que, aun considerados dioses, nos dejaron unos seres humanos.

Pirámides de Gizeh

Las únicas supervivientes de las "Siete Maravillas del Mundo Antiguo" llevan más de 4.000 años imponiéndose sobre la tierra. Su impecable geometría ha generado gran cantidad de controvertidas teorías sobre su construcción. En este complejo, la gran pirámide de Keops prevalece como la más grande y antigua, que llegó a medir 146 metros de altura en el momento de finalización de la obra, aproximadamente en el 2.570 A.C. Para su construcción se emplearon más de dos millones de bloques de piedra caliza de unas dos toneladas y media cada uno.

La mandó construir el faraón de la cuarta dinastía Keops, del que toma el nombre, y no se libra de albergar una polémica historia. Según Heródoto, la divinidad llegó a prostituir a su propia hija para obtener fondos con los que financiar su opulenta obra. Además, en esa época el Imperio de Egipto se encontraba en la más grande penuria pero, a diferencia de lo que se cree, la pirámide no se edificó con esclavos, sino con trabajadores altamente cualificados con grandes conocimientos sobre geometría, astronomía y estereotomía o arte de cortar la piedra.

La pirámide escalonada

Fue construida en 2.650 A.C. por Imhotep, arquitecto jefe del faraón Zoser, que posteriormente fue deificado por sus indudables méritos. Destaca por ser el monumento de piedra más antiguo de Egipto y es considerada como la primera pirámide. Anteriormente a ésta, los templos se edificaban con materiales perecederos y las tumbas reales se limitaban a ser salas subterráneas recubiertas de adobe.

Imhotep, sumido en la innovación, desarrolló la mastaba -o tumba- hasta convertirla en una pirámide de piedra tallada. Así, poco a poco y cada vez más familiarizados con el nuevo material, fueron levantados seis pisos escalonados, llegando a medir 60 metros de altura.

El monumento se sitúa en el centro del recinto funerario, que está rodeado de una muralla de piedra caliza con catorce puertas falsas, antaño de madera y actualmente talladas en piedra, que permitían el paso al ka, un espíritu protector, que entraba y salía "a su gusto".

Pirámide de Meidum

Recientemente incluida en la ruta, se trata de la primera pirámide construida como tal por los egipcios. Éstos levantaron una estructura escalonada de ocho plantas que fue posteriormente rellenada de tal forma que el revestimiento exterior se convirtió en un armazón piramidal. Sin embargo, el diseño presentaba graves defectos y el propio peso del colosal monumento hizo que al tiempo se hundiera por los lados. Actualmente, sólo queda en pie su esqueleto, que se defiende de su desmoronamiento formando una imagen extraordinaria para el viajero.

Fue encargada por el faraón Huni (2637-2613 A.C.), pero fue su hijo Snefru el responsable de que la construcción se llevara a cabo. En los alrededores del complejo se encuentra una necrópolis de la IV dinastía, que agrupa las tumbas de príncipes y personalidades importantes de la corte. Entre ellas está la mastaba de Nefermaat, hijo de Snefru, que albergaba la famosa pintura de los Gansos de Meidum, expuesta en el museo de El Cairo.

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