Viaje de la semana

Las amas de cría pasiegas, un legado agridulce

En julio de 2011 se celebra el "Milenio Pasiego", una magnífica ocasión para hacer una escapada a estos valles de los mil verdes. El evento conmemora los mil años de la concesión, por parte del rey Don Sancho de Castilla, de los derechos para el uso y disfrute de los cántabros montes del Pas a los primeros pastores de la zona.

Hoy en día los Valles Pasiegos se han convertido en una fuente de productos lácteos que dan riqueza y calidad de vida a su población... Pero no siempre fue así.

Museo Amas de Cría Selaya (Vega de Pas).

Durante siglos las condiciones geográficas eran tan difíciles que ni los que cobraban los impuestos se atrevían a ir en busca del tributo. La vida era precaria y dependía del ganado y la trashumancia. Una de las pocas maneras para mejorar la situación de la familia fue también una de las más tristes. Las madres jóvenes, como medio para dotar a su familia de mayores recursos económicos, se vieron obligadas a abandonar su hogar para convertirse en nodrizas de los hijos de las familias burguesas de las ciudades más importantes del territorio español. Dejaban atrás a su hijo primogénito (prueba obligatoria de que era capaz de criar a un niño sano) y también al bebé recién nacido, causa de la leche que la joven madre esperaba ofrecer a cambio de un sueldo. Se arriesgaban a no volver a ver a su primer hijo hasta que éste ya no las reconocía como madre, y también en ello, arriesgaba la muerte de la criatura recién parida, que se quedaba en tierra pasiega... alimentada con sopas de pan, leche de vaca o -en el mejor de los casos- por pechos ajenos.

Durante todos los años que debía pasar el ama de cría con la familia que la había contratado, ella sería quien introduciría la 'cultura'... gota a gota. Vería los primeros pasos de la criatura, escucharía sus primeras palabras; enseñaría a contar con los dedos de la mano y daría nombre a la nariz, los ojos y la boca. Sería la encargada de calmar fiebres y secar las lágrimas... mientras confiaba que otra persona, allá en su lejana aldea, hacía lo mismo con sus propios hijos.

Los pechos más cotizados

La costumbre entre la nobleza y la alta burguesía de contratar a una nodriza era, en algunas ocasiones, por la imposibilidad física para criar al recién nacido, y otras veces por moda y el deseo de conservar la línea. A principios de 1800 ya era normal en las clases adineradas contratar a una nodriza para amamantar a sus retoños. Muchas de estas amas de lactancia se encontraban entre las campesinas que vivían cerca de cada pueblo o ciudad.

Museo de Amas de Cría. Casa de la Beata.

Desde finales del siglo XVI hasta 1830 las amas de cría de la Casa Real se buscaban primero entre las señoras nobles, y luego entre las familias con buena reputación de los alrededores de Madrid; pero poco a poco, la contratación de estos servicios se fue alejando de la corte, hasta que las nodrizas de la Vega del Pas se hicieron famosas por obra y gracia de un decreto real, cuando en 1830 el rey Fernando VII escribió: "Hoy 3, Blasco, quiero que el día 10 salga de esta Corte para Santander y su provincia el médico Aso, y Merino, el de la Veeduría, para escoger un ama para lo que dé a luz mi muy amada esposa. F."

Como resultado de esta búsqueda fue elegida Doña Francisca Ramón González, de veintiún años y natural de Peñacastillo. El bebé que crió fue la que luego se convertiría en la reina Isabel II y así la fama de las amas de cría de Cantabria fue asegurada para siempre. Iniciándose de este modo la tradición de elegir a una pasiega como ama de cría.

Panorámica de los Valles pasiegos.

Aún así, no todas las mujeres reunían las cualidades de una nodriza simplemente por ser pasiegas. Se buscaban mujeres jóvenes y robustas que tenían entre 19 y 26 años, y que reunieran un listado de requisitos considerados imprescindibles, entre los que -según consta en los archivos- podemos destacar: "temperamento sanguíneo; constitución vigorosa; rostro agradable y simpático; tez clara; ojos pardos, no muy oscuros; pelo castaño oscuro; pechos bien formados pero no muy abultados; leche de noventa días máximo; suficiente sentido común; y carácter apacible." Los requisitos del oficio incluía un examen médico exhaustivo, un análisis visual y táctil de la leche materna, y una recomendación del cura de su pueblo atestando de su moralidad y buenas costumbres.

Una vez elegida la candidata, el estipendio podía ser cuantioso. La nodriza era la muestra exterior del éxito social y económico de la familia que la contrataba y no salía a pasear al crío sin el uniforme pertinente de su quehacer, que solía incluir un rico ajuar que incluía unos peculiares collares de monedas de plata y pendientes de filigrana.

Después de trabajar durante dos o tres años, la nodriza podía volver a su terruño como una mujer rica y respetada, y con dinero suficiente para sacar adelante a su familia durante años, o incluso emprender un negocio.

Santuario de Valvanuz.

De entre las páginas literarias que glosan la historia de las amas de cría, entresacamos un texto del poeta Federico García Lorca, que habla con cariño de las mujeres que criaron generaciones de niños en España:

El niño rico tiene la nana de la mujer pobre, que le da al mismo tiempo, en su cándida leche silvestre, la médula del país. Estas nodrizas, juntamente con las criadas y otras sirvientas más humildes, están realizando desde hace mucho tiempo la importantísima labor de llevar el romance, la canción, y el cuento a las casas de los aristócratas y los burgueses. Los niños ricos saben de Gerineldo, de Don Bernardo, de Tamar, de los amantes de Teruel, gracias a estas admirables criadas y nodrizas que bajan de los montes o vienen a lo largo de nuestros ríos para darnos la primera lección de historia de España y poner en nuestra carne el sello áspero de la divisa ibérica: "solo estás y solo vivirás".

Hoy en día podemos ver las caras arrugadas de estas mujeres valientes y escuchar de viva voz sus historias personales en un emotivo documental sobre sus vidas en El Museo de las Amas de Cría que está instalado en la Casona de la Beata de el Santuario de Nuestra Señora de Valvanuz, cerca del pueblo de Selaya (Cantabria). La entrada es gratis y está abierto viernes, sábados, domingos y festivos. En verano amplían el horario pero mejor llamar al teléfono 942590216 para pedir una visita concertada.

Gran Hotel Balneario de Puente Viesgo.

Cómo llegar
Air Nostrum y Ryanair tienen vuelos diarios entre Santander y Madrid y Barcelona. Desde la capital cántabra coger la carretera A-67 dirección Torrelavega y luego la N-623 a Puente Viesgo. Desviarse por la comarcal CA-263 hasta el corazón de Los Valles Pasiegos. La carretera que une Sarón con Vega de Pas, discurre paralela al río Pisueña; hay que llegar hasta Selaya y tomar una desviación a la izquierda, que tras 2.5 km. dejará al viajero en frente del Santuario de Nuestra Señora de Valvanuz, patrona -a la sazón- de las amas de cría pasiegas. El 15 de agosto la patrona es venerada en el día de su fiesta, fecha ideal para preguntar todo lo que no sabe sobre las amas de cría y está deseando saber.
http://www.airnostrum.es
www.ryanair.com
http://www.vallespasiegos.org

Alojamiento
Gran Hotel Balneario de Puente Viesgo. El lema "Cuidamos tu bienestar" sigue siendo su mejor tarjeta de presentación y su nombre resuena en la historia asociado a la presencia de un famoso manantial de aguas medicinales.
http://www.balneariodepuenteviesgo.com

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