
Los profesionales son el principal valor de una organización sanitaria. De ahí, la importancia para un director o jefe de equipo de poder elegir a los mejores. Tenemos un gran sistema sanitario público, pero excesivamente burocratizado, con un modelo arcaico de gestión de personas. Más noticias en la revista gratuita elEconomista Comunitat Valenciana
Se habla de los valores y la cultura que los integrantes de cualquier organización deben compartir, pero para la función pública la antigüedad parece el único atributo válido para determinar el principio de igualdad, mérito y capacidad.
¿Cómo se justifica un sistema que trata igual al desigual, que no reconoce la aportación de valor, ni considera el criterio de un responsable a la hora de formar su propio equipo? En una empresa este modelo sería insostenible, pero así funciona el sistema público. Las bolsas de empleo son un ejemplo.
En los últimos años, he podido planificar y ejecutar la selección y formación de profesionales que se han incorporado a Ribera Salud. La flexibilidad de la gestión privada permite introducir herramientas que son de gran utilidad para la necesaria modernización de la gestión de personas en el sistema público. Dos de ellas las considero clave.
Selección de personal
Una es la selección de personal, con un modelo que garantiza el alineamiento de las personas con los valores de la organización y del sector sanitario público a través de las competencias, en el que cada mando tiene la oportunidad de elegir a los miembros de su equipo y formarlos técnicamente y en lo que esperamos de ellos en cuanto al trato al paciente, los objetivos perseguidos y cómo lograr la excelencia en la prestación del servicio.
La otra, el reconocimiento de la labor de los profesionales, con un modelo de compensación basado en los principios de equidad interna y externa, con un sistema de retribución variable por objetivos que diferencia según lo que cada persona aporta, lo que se denomina P4P (Pay for Performance), que permite alinear los objetivos de la organización y sus profesionales a través de indicadores de calidad asistencial, eficiencia en la gestión y seguridad y satisfacción del paciente. Y con la posibilidad de percibir parte de su retribución con productos con ventajas fiscales y otros beneficios sociales.
Nuestras organizaciones, públicas o privadas, para ser competitivas necesitan un sistema que atraiga y retenga a los mejores, y poder formarles e implicarles en la consecución de los objetivos globales. Solo así conseguiremos avanzar para una gestión de personas acorde al siglo XXI.
Salvador Sanchís Plaus, director de Recursos Humanos del Grupo Ribera Salud