El exjefe de gabinete de la Agencia Valenciana de Turisme (AVT) Rafael Betoret ha afirmado que admitió los hechos que se le imputaban en la pieza de la trama Gürtel en la que se le juzgaba, junto al expresidente valenciano, Francisco Camps, y otros acusados por aceptar regalos (entre ellos, varios trajes), porque se lo dijo Camps, y ha lamentado que le engañaran "vilmente", al trasladarle que todas las partes del proceso habían llegado a ese acuerdo.
Betoret y el exvicepresidente del Consell Víctor Campos asumieron su responsabilidad y fueron condenados a pagar una multa de 9.600 euros, mientras que los otros dos acusados, Camps y el ex secretario general del PPCV Ricardo Costa, llegaron a juicio y fueron absueltos.
Betoret afirmó ayer en el juicio por el caso Fitur (pieza también del caso Gürtel) que su entonces letrado le comentó que era "mucho más barato" pagar la multa que lo que le podía costar un juicio. A parte de ello, ha señalado que para conformarse, le engañaron "vilmente" .
"Me negué hasta última hora, pero al final firmé porque Camps me dijo que firmase, y yo firmé. Yo me conformé, pero hay una diferencia entre que me conformase y que fuera cierto lo que se me imputaba", ha agregado. Al respecto, preguntado por los trajes que devolvió en el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) y que fue los que presuntamente recibió de la trama, ha dicho que tuvo que sacar de su armario sus trajes y abrigos y quitarles las etiquetas par que no vieran que no eran de Milano, la marca elegida por Gürtel.
A las órdenes de la exconsellera
Betoret está imputado en la pieza 3 caso Gürtel, relativa a presuntas irregularidades en contrataciones de la extinta Conselleria de Turisme con Orange Market para las ediciones de la feria Fitur de los años 2005 a 2009, por la que se enfrenta a 11 años de prisión y 28 de inhabilitación por malversación continuada, falsedad en documento oficial y prevaricación. En este procedimiento hay 13 acusados, entre ellos, las exconselleras de Turisme Milagrosa Martínez y Angélica Such.
El acusado aseguró ante el juez que "siempre" actuó bajo las órdenes de la exconsellera de Turisme y expresidenta de las Corts Valencianes Milagrosa Martínez, a quien le daba "cuenta" de su trabajo y a quien también le comunicaba "todo" antes de tomar cualquier decisión. Precisamente fue Martínez la que, según ha dicho, le indicó que el expresidente de la Generalitat Francisco Camps quería que se le diera "mucha importancia" a la feria de Fitur.
En relación con Fitur, señaló que la consellera le dijo, "de forma expresa y directa" que el entonces presidente Camps le había encargado que a la edición de la feria de 2005 se le diera "mucha importancia", con lo que le encargó que todo "saliera bien". Para asegurarse de este acometido, cuando se adjudicó el contrato a Orange Market, le pidió que concertase una comida con el responsable de la mercantil, Álvaro Pérez, conocido como 'El Bigotes', para hablar del asunto y transmitirle la "importancia" de que "todo saliera bien".
De esta forma, quedaron a comer en el CdT los tres, "en un comedor público", y durante el encuentro se trataron "temas políticos y el interés del presidente, que estaba muy interesado en dar a conocer la imagen de la comunidad en Fitur". Betoret ya conocía a Pérez, a quien la consellera le pidió que le recibiese tras solicitar un encuentro antes de convocar Fitur.
"A Pérez lo conocí a principios de octubre de 2004 porque la consellera delegó en mí que lo recibiese. Vino con la intención de presentar su empresa para ver sus posibilidades de colaboración con AVT. Ahí me presentó Orange Market", ha dicho. En el encuentro hablaron de Fitur, pero ha negado que le facilitara pliegos o planos de la feria. La siguiente vez que lo vio fue cuando ya tenía adjudicado el concurso. "Una vez adjudicado Fitur mantuve una reunión urgentísima para poner en marcha todo", ha agregado.
Betoret ha descrito su relación con 'El Bigotes' como "cordial": "Somos dos personas bastantes abiertas de carácter. Me parece una persona muy atenta, servicial, educadísima", ha dicho, y al ser preguntado por si había cierta amistad entre ellos, ha respondido: "Amistad de ser mi amigo del alma, no". Precisamente esta expresión de "amiguito del alma" la utilizó Camps en una conversación que se le intervino con Pérez en unas Navidades de 2008.
En otro momento del interrogatorio, a Betoret se le ha preguntado por su relación con los presuntos cabecillas de la trama, junto a Pérez: Francisco Correa y Pablo Crespo. Sobre el primero ha dicho que lo conoció en la puerta de un restaurante y se lo presentó 'El Bigotes'; y al segundo en una cafetería en Fitur 2005. El acusado ha añadido que no los vinculó con Orange Market puesto que no sabía donde trabajaban: "Mi educación me impidió preguntarle quién era", ha afirmado en referencia a Crespo.