Comunidad Valenciana

Fermax quiere ser el Apple de los videoporteros

  • Invierte más de dos millones al año en el desarrollo de dispositivos

Años antes del lanzamiento de WhatsApp, en India ya existían grupos de ciudadanos que se intercambiaban mensajes de voz y por escrito sin necesidad de ordenador. Lo hacían y lo hacen a través del videoportero digital, una herramienta poco aprovechada en España -para llamar y abrir la puerta- en comparación con otras culturas. Más noticias en la revista gratuita elEconomista Valencia

Y no está poco aprovechada porque la tecnología no lo permita, ya que una de las compañías del sector punteras en todo el mundo es valenciana, Fermax. Su director general, Jeremy Palacio, explica que "hay países, como India, donde en un mismo bloque pueden vivir 400 miembros de una misma familia, y allí funciona como un grupo de WhatsApp, se intercambian mensajes por el videoportero".

La intercomunicación entre hogares "es fundamental en los edificios en países como Perú, Canadá, India y otras zonas de Asia, porque la gente se comunica a través del videoportero", explica. El motivo por el que en España tiene un uso más restringido es cultural, "estamos mucho en la calle", según Palacio, quien lamenta que la diversidad de gustos haga que "si no tienes determinada función, no vendes en un país".

Esto obliga a los 25 ingenieros del departamento de I+D+i de Fermax -junto a nueve personas del departamento de Calidad- a desarrollar productos diferentes para cada mercado, aunque intentan que sean lo más homogéneos posible. "Estamos centrados en desarrollar productos un poco como la telefonía móvil, atractivos y que sirvan para la mayoría de los mercados, más que tener una política de ir a un mercado concreto", comenta el director general. Fermax vende en 76 países y su prioridad no es estar en 150, sino ser más grandes en esos 76.

El objetivo de Fermax es tan claro como ambicioso: "Queremos que el videoportero pase a ser el cerebro de operaciones de la casa", resume Palacio. Para ello, la empresa de la familia Maestre apuesta por combinar la domótica (automatización de la casa) y la inmótica (de los edificios) con la telefonía móvil. La tecnología está disponible, según Palacio, pero hay que hacerla atractiva para el usuario. "Por ejemplo, las neveras con conexión a internet aparentemente no sirven para mucho, pero serán atractivas cuando puedas gestionar tus compras o incluso que ellas hagan el pedido al supermercado cuando detecten faltas", explica. ¿Qué puede ser atractivo para hacer desde un videoportero? Según el experto, lo que lo hace atractivo al usuario es el ahorro y la comodidad.

"Nosotros entregamos una pantalla TFT. ¿Qué aplicaciones y funciones le vamos a dar para que gestione más cosas? Por ejemplo, la eficiencia energética. Ahora la factura de la luz llega cuando el gasto ya está hecho y no puedes reaccionar, pero con la nueva normativa se va a poder ver en tiempo real el consumo por internet", expone. La idea de los ingenieros de Fermax es que se pueda ver el consumo en tiempo real en el videoportero -por respetar su nombre original, aunque esa función será residual- y se puedan activar o desactivar aparatos desde este dispositivo, incluso a distancia con una aplicación de móvil que controle el videoportero.

Abrir el portal desde el móvil

De hecho, Fermax ya ha incorporado la tecnología móvil al dispositivo, por lo que, aunque uno no esté en casa, ya puede ver en la pantalla del teléfono quién está llamando a la puerta y abrirla, como si estuviera frente al videoportero. El reto es incorporar las funciones domóticas al dispositivo y controlarlo todo desde el móvil. "Si te vas de vacaciones y te dejas algo encendido, vas a recibir el aviso y lo puedes gestionar a distancia", explica Palacio.

Sin embargo, la tecnología evoluciona según la demanda y, en este caso, la demanda en España no acompaña. Según Jeremy Palacio, ya hay una concienciación inmótica en el nivel institucional en ayuntamientos. El de Valencia ya no espera a que llame un vecino para avisar de que se ha fundido una farola, las tiene todas controladas. "El reto es que esto llegue a los hogares", concluye. Para afrontarlo, además de invertir en I+D+i el equivalente al 5% de sus ventas -facturó 45 millones de euros en 2014-, el grupo tomó el año pasado el 30% de la firma asturiana Ingenium, especializada en domótica.

Fermax tiene siete filiales comerciales en el exterior, en Rusia, Polonia, Francia, Estados Unidos, India, Singapur y China. El 68% de sus ventas es exportación. "Queremos ver qué funciones y aplicaciones podemos dar a nuestro equipo que aporte algo a cada cultura, por eso estamos allí", apunta el director general. En España, la empresa cubre toda la gama de productos, pero en China, el Este de Europa, Asia y Oriente Próximo es una marca premium. En China, por ejemplo, los productos más básicos están cubiertos por el mercado local, hay una zona intermedia donde hay productos coreanos y de otros países de Asia y los dispositivos más singulares, de alto valor, es donde la firma valenciana compite con europeas y japonesas.

Fermax también investiga para el mercado más tradicional y acaba de patentar un sistema de videoporteros con dos hilos, bautizado como Duox, que resuelve el viejo problema de tener que optar la comunidad de vecinos entre simple telefonillo o videoportero para todos. Con esta tecnología, cada vecino del edificio elige qué quiere y paga diferente. "Es un hito tecnológico, el primer sistema digital de videoportero a nivel mundial", asegura Palacio.

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