
El exjefe del departamento de Contratación y Servicios Generales del parque temático de Benidorm (Alicante) Terra Mítica, Justo Valverde, ha reconocido que se admitían y validaban facturas de empresas que no venían respaldadas por ningún proyecto o contrato, y ha justificado esta decisión en los "muchísimos problemas" que surgieron durante la construcción del parque. Ha indicado que las mismas venían ya aprobadas por otras personas, y que luego él las validaba "por sentido común".
Valverde, excuñado del expresidente de la Generalitat Valenciana Eduardo Zaplana, se ha pronunciado así en su declaración como acusado en la sexta sesión del juicio del caso Terra Mítica, por el presunto fraude de 4,4 millones de euros en la construcción del complejo. Este acusado, que se enfrenta a 10 años de cárcel, ha explicado al tribunal que "la inmensa mayoría de la contratación" se efectuaba a través de proyectos que se aprobaban en la comisión ejecutiva -ha apuntado que llegó a realizar unas 200 propuestas de este tipo de contratación-, pero luego también había otra parte de contratación que consistía en la aprobación de facturas por trabajos que no estaban recogidos en ningún contrato ni respaldados en proyectos.
Ha concretado que estas facturas sumaron alrededor de 1,15 millones de euros, "una ínfima parte" respecto a los 300 millones que costó la construcción del parque. Ha indicado que la obra "necesariamente" tiene "muchas cosas que hay que reparar y atender urgentemente", con lo que se hacían trabajos y se presentaban este tipo de facturas que él validaba "por sentido común" y no porque se lo indicara alguien, según ha recalcado.
"Contratos verbales"
El acusado ha señalado que cuando llegaban este tipo de facturas "era porque se hacía un contrato verbal", en lugar de uno por escrito aprobado por la comisión técnica o el consejo de administración. "La factura, si está conforme, habrá que atenderla. Porque obedecía a una necesidad de la obra", ha manifestado. Interpelado por quién valora estas facturas, ha señalado que los técnicos, Bovis -empresa que le asesoraba- o la gerencia de obra.
Interpelado por si mediante este mecanismo, podía darse una doble o triple facturación por los mismos trabajos, ha señalado que cree que no existía una doble facturación. "No lo recuerdo, pero creo que no", ha subrayado.
El acusado ha aseverado que él no se encargaba de comprobar que los trabajos que se pagaban estuvieran hechos: De esta labor se ocupaba Bovis o el departamento técnico de Terra Mítica.
La fiscal se ha interesado así mismo por si alguien le pidió explicaciones por la desviación de dinero o el aumento del coste del proyecto, y el acusado ha señalado que no, y que tampoco le consta que hubiera una preocupación por este desvío.