El juez de lo Mercantil número 3 de Valencia ha declarado en concurso de acreedores la empresa de inversión en plantaciones arbóreas Maderas Nobles de la Sierra de Segura (MNSS).
La sociedad se ha quedado sin liquidez, después de haber captado unos 20 millones de euros de más de 3.000 inversores que confiaron en una rentabilidad de más del 10 por ciento anual a lo largo de 20 años. Una rentabilidad que dependía del crecimiento de árboles cuya madera estaba previsto vender a partir de 2022.
El fundador y gerente de la compañía, Juan Valero, explicó este lunes a elEconomista que los problemas empezaron cuando hubo que replantar "hasta siete veces" algunas zonas en Albacete -también tiene en Pontevedra- y cuando, con la crisis, inversores que habían firmado precontratos se echaron atrás.
Un millar de afectados se ha unido en una plataforma para intentar recuperar su inversión, en torno al grupo de abogados catalán Col.lectiu Ronda. Según esta plataforma, Maderas Nobles ofrecía "un producto alternativo de ahorro activo, ético, ecológico, seguro y de alta rentabilidad", consistente en adquirir lotes de plantones de nogal, generalmente de 10 unidades, por un precio de 3000 euros.
Del cuidado de estos árboles se ocupaba la propia empresa, que los plantaba en diversas fincas situadas en las provincias de Albacete y Pontevedra. Alcanzados estos 20 años de edad, se debía proceder al talado de los árboles y su sustitución por ejemplares jóvenes, repartiéndose el beneficio obtenido de la venta de la madera a razón de 90 por ciento para el inversor y 10 por ciento para MNSS.
Árboles descuidados
Valero admitió que algunas plantaciones están actualmente en muy mal estado. Esto hace que para los inversores sea complicado recuperar los árboles, al menos que quien adquiera los terrenos que previsiblemente serán subastados se preocupe de cuidarlos. Los derechos de los inversores son sobre los árboles, no sobre el suelo, que está hipotecado en favor de los bancos acreedores.
Además, los árboles adquiridos tenían un seguro hasta 2007, cuando MNSS decidió dejar de contratarlo después de que un cambio en la ley estableciera, según sus asesores fiscales, que con ese seguro que ofrecía la empresa, la Agencia Tributaria podría interpretar que se trataba de un producto financiero. Según Valero, se dio la opción a los inversores de contratar ellos el seguro.
La empresa aprobó a finales de 2013 una ampliación de capital que estaba condicionada a la refinanciación de la deuda, pero no hubo acuerdo con los bancos.
Según informó Valero al grupo de afectados el pasado mes de diciembre, la deuda de MNSS, sin contar multas e intereses, asciende alrededor de 1,5 millones de euros, pero contando los costes subirian a 2,5 millones. Los principales acreedores son Liberbank (antigua Caja Castilla La Mancha), con unos 700.000 euros, Caixabank, Hacienda y la Seguridad Social. Los activos están valorados en unos 5 millones.