
El Gobierno valenciano aprobó este viernes un proyecto de presupuestos para 2015 sin recortes, ajustado en el gasto y voluntarista en la previsión de ingresos, con el objetivo de reducir el déficit al 0,7 por ciento del PIB regional.
Según reconoció el conseller de Hacienda, Juan Carlos Moragues, es "muy improbable" que se logre el objetivo, ya que el déficit supone 700 millones de euros y sólo los gastos financieros ascienden a 900, por lo que haría falta un superávit primario del 0,2 por ciento.
El presupuesto de la Generalitat asciende a 17.191 millones, un 7,2 por ciento más que el de 2014, aunque casi todo el aumento se debe a que se disparan un 35 por ciento las operaciones financieras, hasta 4.000 millones.
Toda la deuda que vence se espera refinanciar con el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), cuya rebaja del tipo de interés permitirá reducir 279 millones los gastos financieros en 2015.
Más gasto "social"
En operaciones no financieras, el gasto crece un 0,8 por ciento, hasta 13.003 millones, sobre todo por el aumento del 3,9 por ciento de los gastos de personal -por recuperación de derechos suspendidos y la paga de Navidad de 2012-, del 2,5 por ciento en gastos de funcionamiento y del 2,2 por ciento en transferencias corrientes (farmacia, universidades, dependencia y conciertos).
Las inversiones reales crecen un 8,3 por ciento después de los drásticos recortes de los últimos años, pero apenas suponen el 2 por ciento del total, 348 millones.
Por departamentos, Sanidad representa el 42,2 por ciento del gasto;Educación y Cultura, el 31,5, y Bienestar Social, el 6,4 por ciento. Esta última cartera es la que más eleva su presupuesto, un 19,1 por ciento.
Moragues destacó el incremento de casi el 12 por ciento en las partidas destinadas a incentivar las políticas de empleo.
Ingresos de dudoso cobro
La Generalitat prevé un escenario de crecimiento del PIB del 2,1 por ciento, una décima más que el Estado, y la reducción del paro en 75.000 personas.
Con ello, espera un aumento de la recaudación por tributos propios que ayudará a reducir el déficit. No ocurre lo mismo con las transferencias del Estado por el sistema de financiación autonómica, que se reducen un 2,5 por ciento -203,8 millones- y quedan en 8.072 millones, lejos de los casi 9.600 de gasto en Sanidad y Educación. Estas transferencias ya cayeron un 3,6 por ciento en 2014.
Para ajustar las cuentas al objetivo de déficit del 0,7 por ciento, la Generalitat incluye operaciones de dudoso cobro, como 201 millones del impuesto a los depósitos bancarios, suspendido por el Tribunal Constitucional, o 150 millones de venta de inmuebles tras no haber vendido ni uno en tres años.