El año hidrológico en la provincia de Alicante se cierra este martes tras una última semana de fuertes lluvias que servirán para maquillar las cifras del período más terrible de sequía del último siglo.
Nunca en el observatorio de la ciudad de Alicante, con datos recogidos desde 1857, se había registrado tan pocas precipitaciones, y en el de Valencia hay que remontarse a 1880 para encontrar un año más seco.
La situación es grave en buena parte de la Comunidad Valenciana, excepto la ribera del Júcar, y es crítica en buena parte de la provincia de Alicante. En Novelda, en 11 meses habían caído 59 litros por metro cuadrado, frente a los casi 300 de media anual. También Murcia y Almería están afectadas.
Los principales perjudicados son miles de agricultores y ganaderos autónomos o pequeños empresarios, más de 6.000 sólo en Alicante, y los jornaleros, a los que hay que sumar pymes de negocios complementarios, como suministros, transporte, almacenes, empresas de transformación y, en todos ellos, los jornales perdidos.
La Unió de Llauradors i Ramaders estimó hace dos meses que la pérdida de negocio de la campaña ascendía a 353 millones de euros, cifra que sólo incluye la merma de producción y no el impacto en negocios complementarios ni la consecuencia más grave, la muerte de los árboles.
La almendra, muy dañada
Los cultivos más perjudicados son los de secano, especialmente los cereales y la almendra. Según datos de Asaja Alicante-Jóvenes Agricultores, en la Vega Baja (sur de la provincia) se ha perdido el 80 por ciento de la cosecha de almendra y se dan por perdidos 182.000 árboles.
Las lluvias de la última semana han evitado que esta cifra siga aumentando, según el secretario técnico de esta organización agraria, Ramón Espinosa, quien asegura que "la campaña de frutos secos es un desastre".
El cerezo es otro de los árboles de secano afectados por la mortandad, aunque su presencia en los campos alicantinos es muy inferior a la de almendros.
"Algunos abandonarán"
Las organizaciones agrarias tienen cita con el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente el 1 de octubre. Esperan tener más éxito que las últimas, cuando no lograron más ayuda que una orden ministerial en agosto que otorgaba una carencia de un año para los titulares de préstamos concedidos en 1996 y 2001 para modernización de explotaciones y nueva instalación de jóvenes agricultores. Los intereses y amortización de ese año correrán a cargo del Ministerio. Hay unos 4.000 beneficiarios que pidieron créditos por un total de 150 millones de euros.
Además, para ganadería de sectores extensivos y apicultura concedió subvenciones a los avales de la Sociedad Anónima Estatal de Caución Agraria (Saeca) a nuevos préstamos de hasta 25.000 euros por ganadero.
Sin embargo, Agricultura rechazó varias medidas propuestas por los afectados, como una exención temporal en el IBI rústico o en cotizaciones a la Seguridad Social con el argumento de que la Unión Europea las prohíbe al considerarlas ayudas de Estado.
Según Espinosa, "el Ministerio se ha quedado a medio camino". El técnico de Asaja advierte de que "el que no tenga riñón abandonará, porque hablamos de empresarios que durante un año no han tenido ingresos y que tienen que seguir pagando impuestos, entre otros gastos".
El secretario general de la Unió de Llauradors coincide. "¡Cómo vamos a pagar los módulos si no tenemos ingresos!", se lamenta. Mampel critica que "en 2005, cuando la sequía afectó a toda España, sí se bonificaron las cuotas a la Seguridad Social y se rebajó el IBI, y ahora que afecta a Comunidad Valenciana, Murcia y parte de Andalucía, pero es más grave que entonces, resulta que no se puede".
La Unió de Llauradors ha propuesto otras medidas, como la exención en el canon del agua y la reducción de la tarifa eléctrica para los agricultores, ya que el regadío ha sufrido menos merma de cosecha que el secano pero a fuerza de triplicar el riego, lo que ha elevado los costes una media del 40 por ciento. Las necesidades de riego se han podido atender gracias al trasvase Tajo-Segura y a la recién estrenada conexión Júcar-Vinalopó.
Arrancar y volver a plantar
La principal reivindicación que llevarán las organizaciones a Agricultura pasado mañana es la de que se subvencione la replantación de almendros. "Pedimos al Ministerio que ayude a aquellos que acrediten que arrancan y plantan otra vez, porque si no, no va a venir nadie a plantar esos árboles", asegura Espinosa. "Que podamos recuperar al menos el 80 por ciento", añade.
La Generalitat valenciana también tiene previsto otorgar subvenciones de hasta 4,5 puntos del tipo de interés de préstamos hasta 25.000 euros. La medida está pactada con el sector desde julio, pero aún no se ha publicado la orden.
El Ejecutivo autonómico ha recordado que tiene presupuesto para apoyar la contratación de seguros agrarios, un instrumento que para buena parte del sector es poco atractivo por sus precios y coberturas.