
La Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha rechazado definitivamente el embargo de un 7 por ciento de las acciones de la familia Calabuig en IF Agval, solicitado por Caixabank. El tribunal, que resolvía un recurso del banco catalán contra la denegación por parte del juez instructor del caso Banco de Valencia, rechaza la medida por considerarla "innecesaria" y "excesiva".
El embargo y nombramiento de un administrador judicial habría quitado a Eugenio Calabuig el mando de la instrumental de la que tiene el 50,01 por ciento -el resto es de Caixabank- y a través de cual controla Aguas de Valencia.
La familia Calabuig y Caixabank, socios y rivales en Aguas de Valencia (Avsa), aguardan expectantes a que los tres miembros de la Corte de Arbitraje y Mediación de la Cámara de Comercio de Valencia dictaminen si los Calabuig tienen derecho de tanteo sobre la participación indirecta que el banco catalán tiene en la mayor empresa de aguas de la Comunidad Valenciana.
Es decir, si Caixabank está obligada a vender su parte a Calabuig. El laudo arbitral no puede tardar más de un mes, según fuentes cercanas al proceso, y los movimientos de empresas terceras interesadas en entrar en el accionariado se han reactivado.
El presidente de Avsa, Eugenio Calabuig reclama a Caixabank el 49,99 por ciento que tenía Banco de Valencia en la instrumental IF Agval, sociedad que controla el 61 por ciento de Avsa. La otra mitad la ostenta Calabuig y ambos socios tenían derecho de tanteo si el otro vendía, cosa que, según el empresario castellonense, ocurrió de forma indirecta al absorber Caixabank el banco valenciano. La entidad catalana rechaza esta interpretación y eso es lo que debe dirimir la corte arbitral.
El otro gran accionista de Avsa, con el 31,6 por ciento,es Suez Environnement, principal accionista de Aguas de Barcelona, donde tiene de socio a Caixabank.
"La idea nuestra es dar entrada a socios valencianos que han mostrado interés en estar aquí", afirmó Calabuig en junio de 2013, para el caso de salir victorioso en el arbitraje. Lo dijo poco después de introducir en el consejo de administración a tres empresarios valencianos que son candidatos a invertir en Avsa. Son Rodolfo Beltrán Martinavarro (Grupo Martinavarro), Álvaro Gómez-Trénor (Coca-Cola Iberian Partners) y Sebastián Carpi (Cementos Turia).
Según ha sabido elEconomista, otros empresarios del sector agroalimentario local están interesados en hacerse con un 10 por ciento de la compañía, dada la alta rentabilidad y la proyección que le ven, aunque aún no lo han planteado abiertamente.
Calabuig pagaría muy poco
El problema para la entidad catalana es que, gane o pierda en el arbitraje, no puede vender al precio real de mercado, ya que los estatutos de IF Agval que otorgan la opción de compra fijan también el precio, la mitad del valor en libros de esta sociedad instrumental, es decir, poco más de 50 millones de euros. Eso es lo máximo que ingresaría Caixabank, venda a quien venda.
La cifra contrasta con los 100 millones que Calabuig iba a pagar al Banco de Valencia en 2011, cuando la entidad fue intervenida y el Frob frenó la operación que ya había sido aprobada por el consejo de administración. Así lo denunció el expresidente del Banco de Valencia Aurelio Izquierdo cuando declaró ante el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz el pasado mes de enero.
Avsa cerró 2012 con un beneficio neto de 21,2 millones, un 15,4 por ciento más que en 2011, y una facturación de 231,1 millones.
Calabuig copa el consejo de Avsa
Suez Environnement y Caixabank suman un 61 por ciento de Aguas de Valencia pero no están en su consejo de administración. El grupo francés está vetado desde hace 20 años por ser competencia directa y Caixabank renunció a los tres asientos que ocupaba Banco de Valencia cuando Competencia le obligó a elegir entre ese consejo y el de Aguas de Barcelona. Caixabank tampoco puede hacer valer su 30 por ciento porque es indirecto, a través de IF Agval, que controla Calabuig.