Redacciones de televisiones, radios, prensa..., llenas hasta los topes de mujeres. Subimos, plantas superiores, despachos con placa en la puerta que nos avisa del cargo de la persona que esta en su interior..., ellas no están.
Es la realidad del organigrama de los medios de comunicación en la actualidad. Las mujeres han conseguido mucho desde que las primeras empezaron a dejarse ver en algún periódico, pero, ¿realmente hemos llegado a una situación equitativa?
Son las cinco de la tarde, hora de que los niños salgan de clase. Ellas miran el reloj, desesperadas, piensan en encontrar un momento libre para llamar por teléfono. Deben asegurarse de que el abuelo, la abuela o la mujer que les ayuda ha recogido a los niños y todo esta correcto. Finalizan la conversación diciendo: "Mamá acaba enseguida y estoy contigo".
La conciliación familiar y laboral es una de las principales razones por la que las mujeres no acceden a los puestos de responsabilidad en los medios de comunicación y en otros sectores. Ellas son las que llevan el peso de la casa y la familia, en general (siempre hay honrosas excepciones). Ellos 'ayudan'.
Son las 8 de la tarde, llamada del director de contenidos: "Cariño no llego, déjame la cena y ya me las arreglo cuando llegue. Besos". Otro día sin ver a los niños por la noche, pero es que él debe revisar la nueva parrilla de programación para la temporada que empieza ya.
Seguimos funcionando con las estructuras de poder heredadas, masculinas y en forma piramidal. En ellas, los cargos de responsabilidad son los que atesoran la mayor parte de poder de decisión, los cargos intermedios se encargan de transmitir y gestionar las órdenes recibidas y los trabajadores de a pie son los ejecutores.
El resultado es que los directivos no disponen de tiempo material más que para encargarse del trabajo remunerado, imposible hacerse cargo de la casa y la familia y, por lo tanto, imposible que una mujer opte a ser directivo.
En el hipotético caso de que la mujer decidiese renunciar a más tiempo familiar por ascender en su trabajo, también sería censurada. La sociedad no ve con buenos ojos que ellas abandonen sus responsabilidades en la casa. Con ellos, es normal.
Es el retrato de muchas empresas de medios de comunicación en la actualidad. La realidad del sector que más conozco por haber trabajado en él directamente, pero lamentablemente es una realidad que se puede extrapolar a prácticamente todos los sectores productivos de este país.
¿La solución?, claro que pasa por que el hombre asuma una carga de responsabilidad equiparable a la de la mujer en la casa, pero ¡hay más! Se necesita un cambio en las estructuras organizativas de trabajo, deben pasar de la forma vertical a la horizontal.
Las responsabilidades se deben repartir de forma que la asunción de poderes por parte de un mayor número de personas permita una mayor apertura de horarios, alternativas al trabajo presencial, elasticidad de equipos de trabajo según las necesidades laborales de cada momento, etc. El futuro laboral debe pasar por la feminización de las estructuras de trabajo.
Eva Altaver es periodista, coach y especialista en Open Government