Estamos viviendo un momento histórico por lo que se refiere a la forma de comunicación y en este momento clave los protagonistas somos nosotros mismos, los ciudadanos.
Nuestra sociedad ya no es la misma, hemos cambiado, nos hemos pertrechado de dispositivos tecnológicos que nos hacen la vida, ¿más fácil? Más fácil o más difícil, lo que sí es, es diferente. Nos guste o no, formamos parte de la sociedad del conocimiento.
La sociedad ha evolucionado. Antiguamente solo eran unos pocos los que teníamos acceso a las fuentes. Los periodistas procesaban la mayor parte de la información y opinión que veía la luz. Ahora ya no es así. Cualquiera puede tener un blog en el que opinar sobre los temas de actualidad, perfiles en redes sociales donde sumar ?me gusta? a propuestas varias, o convertirse en líder de opinión o tendencias por medio de Youtube: el youtuber, Estos últimos además ganando muchísimo más dinero que gran parte de los columnistas de loa periódicos más importantes de este país.
En este nuevo marco, el ciudadano se ha vuelto más exigente. Requiere de participación en todos los ámbitos, por supuesto en el principal órgano que le representa y establece las reglas del juego: el Gobierno.
El Open Government
Hacer caso omiso a los cambios que vive nuestra sociedad y su nueva manera de comunicarse, sería, es, una inconsciencia. La historia de la humanidad esta llena de episodios de cambio en los que lo mejor es ayudar a que todo discurra de forma armoniosa.
Por lo tanto, ¿cómo debería evolucionar el gobierno para acompañar como se merece la evolución de la sociedad, que ya esta teniendo lugar? El Gobierno abierto podría ser la respuesta.
Muchos de ustedes dirán, ¿y qué es eso de gobierno abierto? El Gobierno abierto suena a chino para la gran mayoría de los ciudadanos. Hay que darlo a conocer porque no debe reservarse solo a los estudiosos o a los políticos. Es un término, propiedad de la sociedad, porque nace única y exclusivamente para ella.
Open Government es una nueva forma de concebir la relación ciudadanos-instituciones gubernamentales y administrativas, basándose en conceptos como claridad, transparencia, eficiencia y democracia participativa, utilizando las Tecnologías de la Información y la Comunicación.
¿Qué pasaría si los ciudadanos pudiésemos opinar y trasladar posibles soluciones a los problemas que nos atañen, por ejemplo, sobre los productos financieros que en este país han dejado a algunos sin sus ahorros de toda la vida? ¿Qué pasaría si además de opinar, pudiésemos proponer medidas para que esto no vuelva a suceder? Y, lo más importante, que se nos escuchase y tuviese en cuenta a la hora de dar una respuesta a esa demanda.
El ciudadano ya no se conforma solo con un voto cada cuatro años, quiere más y hay que dárselo. Hay que pasar a la acción y encontrar las herramientas que permitan llevar el Gobierno abierto a la sociedad. Una sociedad ávida de ser escuchada en la toma de decisiones que le atañen directamente y que van a definir cómo vive su día a día.
Sin embargo, todo esto no sirve de nada si los ciudadanos no disponen de los cauces que les permitan hacerse oír. El Open Government es una realidad teórica e inerte hasta que no la utiliza el ciudadano. Ponerla en sus manos es lo que permitirá, después de cometer muchos errores y subsanarlos, llegar a un Gobierno abierto que cumpla el objetivo de aumentar la participación del ciudadano.
Eva Altaver es periodista, experta en Open Government.
(Los días 21 y 22 de noviembre se celebra en Valencia el primer Congreso Internacional sobre Open Government, organizado por Avapol, Red Derecho TICs y la Universitat de València)