
José Luis Santa Isabel (Valencia, 1959) preside desde octubre de 2012 la Federación de Empresas de la Comunidad Valenciana Contratistas de Obras de la Administración (Fecoval), un sector que en los últimos cinco años ha perdido el 50 por ciento de sus puestos de trabajo y ha visto desaparecer algunas grandes empresas y miles de medianos y pequeños proveedores.
¿En qué situación está el sector?
Preocupante, porque coinciden una deuda tremenda de las administraciones, que son nuestro cliente fundamental, una falta de actividad monstruosa y un futuro bastante oscuro en cuanto a la actividad. Hemos perdido muchas empresas por esos tres factores.
¿Cuánto les deben?
Ahora estamos en 650 millones, de los que 237 son a empresas de Fecoval, con una antigüedad de deuda anterior a 2012, año en el que ya no hay un solo cobro.
La Generalitat dice que ya no quedan facturas en el cajón, pero existen obras no facturadas...
Sí, nosotros tenemos 37 millones de entre 2008 y 2011. Muchas tienen el proceso finalizado, modificados de obra, por ejemplo, pero no hay dotación presupuestaria y no hay posibilidad de facturar. No está contemplado como deuda. También tenemos certificaciones en el limbo. Por ejemplo, el Consell Valencià de l'Esport desapareció el 1 de enero y sus certificaciones, que ascienden casi a 8 millones, están en un limbo. También hay modificados aprobados técnica y jurídicamente pero sin dotación presupuestaria, liquidaciones, revisiones... Todo eso supone 37 millones, y si se va a abrir un plan de pagos, yo ya he solicitado entidad por entidad que esta deuda esté habilitada y se pueda transmitir a Madrid para que se pague.
Además de la Generalitat, ¿les deben otras administraciones?
Sí, pero la deuda de los ayuntamientos es pequeña y la del Estado también. Tengo que decir que el Estado está empezando a tener problemas con los pagos en Adif, desde noviembre, cuando el Estado casi siempre ha pagado muy bien.
¿Está peor la Comunidad Valenciana que otras?
La deuda de las Administraciones con el sector de la construcción asciende a unos 2.200 millones y nosotros somos medalla de oro. Es preocupante que en octubre éramos medalla de bronce, y ahora de oro. Nos ganaban Andalucía y Madrid, pero nos hemos quedado descolgados porque aquí no se ha pagado un duro y en otros sitios sí.
¿Por qué?
Yo creo que la presión de la Generalitat a Madrid no es suficiente. No digo que España no esté en crisis, que estamos, ni que no haya poco dinero para invertir, que hay muy poco. Lo que digo es que se reparta mejor, y que este Gobierno tiene el deber de exigir a Madrid la cantidad de dinero, del poco que hay, que le corresponde a Valencia. Somos la cuarta comunidad española tanto en PIB como en población, y en los últimos siete años en licitación de obra pública, por habitante o por PIB, no hemos pasado del puesto 15. Si entre 2006 y 2011 nos hubieran licitado obra a la media nacional por habitante, en la Comunidad Valenciana se tendrían que haber licitado 7.500 millones más de los que se ha licitado, que son 11.000 millones. Y ahora resulta que a nosotros, que tenemos planificado el túnel pasante de Valencia, nos dicen que es muy caro y nos piden que renunciemos. Pues no vamos a renunciar.
Fabra sí ha renunciado.
Pues a eso me refiero. Es que entre ser fieles y ser serviles hay una diferencia. Y no estamos en una etapa para ser serviles. Este es un granero de votos para el PP y Rajoy no sería presidente sin los votos de Valencia. Mal nos están pagando. Yo le pido a la Generalitat que empuje en Madrid y pida lo que nos corresponde. Es verdad que hay poco, pero no se puede decir que no hay dinero y se den 200 millones para la entrada norte del Puerto de Barcelona. Si no hay, no hay para nadie. Y no puede ser que el Gobierno haga una modificación del presupuesto de obras públicas de 580 millones y ni un solo euro venga a la Comunidad Valenciana.
¿Además del Corredor Mediterráneo, esperan alguna gran obra?
Ni el Corredor Mediterráneo. Venimos reclamando la participación de las constructoras valencianas en las licitaciones. Sólo dos empresas tienen posibilidad de entrar en los consorcios, porque son obras muy grandes, que nosotros pedimos que se partieran, y son muy específicas. No hay otra inversión, así que si en la que hay no podemos participar, pues lo tenemos complicado. También digo que si el Corredor no va acompañado de inversiones en plataformas intermodales y polígonos industriales logísticos, tendremos una infraestructura fabulosa, pero no la aprovecharemos. Al Estado hay que exigirle un plan de accesos al Corredor.
¿Es la salida al extranjero una solución?
Es un parche. Las empresas valencianas hemos salido tarde, cuando nuestra economía está muy tocada, y salir al exterior es caro. Hay que invertir y tenemos un problema de financiación agravado porque muchos avales no son admitidos por ser de bancos españoles, que no pueden tener mejor rating que España. Tenemos que acudir a bancos extranjeros, pero no tenemos historia. Necesitamos también apoyo diplomático. La diplomacia española ha sido siempre menos agresiva comercialmente que la alemana, la francesa o la italiana. Empieza a serlo ahora, pero también llega tarde.