
El Gobierno valenciano asume en privado que superará el objetivo de déficit fijado para 2012, el 1,5 por ciento del PIB, y considera que es un reto muy complicado el cumplir el 0,7 por ciento establecido para este año.
El motivo no son los grandes recortes de gastos, que se han ido acometiendo aunque sea con cierto retraso, sino los ingresos, que continúan bajo mínimos. La Conselleria de Hacienda no tiene previsto presentar la liquidación de 2012 hasta marzo y se niega a adelantar una cifra de déficit, pero los cálculos más optimistas lo sitúan por encima del 2 por ciento y los más pesimistas, cerca del 3.
Eso sí, el nuevo consejero de Hacienda y Administración Pública, Juan Carlos Moragues, asegura que no quedará ni una factura en el cajón, lo cual es una novedad respecto a la práctica de la Generalitat en la última década, cuando llegó a acumular, en 2011, más de 1.800 millones de euros en facturas no contabilizadas.
Moragues, que es inspector de Hacienda y era hasta diciembre delegado de la Agencia Tributaria en Castellón, tiene una especial preocupación por la imagen que en el Ministerio tienen de la gestión de las cuentas autonómicas, tras los disgustos que dio el año pasado con las facturas y el déficit oculto.
El nuevo consejero, igual que el anterior, sostienen que el cumplimiento del déficit es imposible también e 2013 si no se recuperan los ingresos, ya que los gastos están bastante ajustados y la Comunidad Valenciana es una de las que menos gasto por habitante tiene.
Según Moragues, el 90 por ciento del presupuesto es Sanidad, Educación y Bienestar Social, y en las tres áreas la Comunidad Valenciana está por debajo de la media de las comunidades en gasto por habitante. Cree que se puede ahorrar más y, de hecho, se están tomando medidas, pero no mucho más.
Ahorro insuficiente
Lo cierto es que el plan de reequilibrio presentado por la Generalitat en abril de 2012 fue un verdadero fracaso en lo que a ahorro se refiere, en unos casos porque las medidas propuestas no se pudieron llevar a cabo -la privatización de la Sanidad o la venta de inmuebles-, y en otros porque se retrasaron, como es el caso de la reestructuración del sector público empresarial, que no empezó a reducir personal hasta agosto y aún no ha acabado.
No obstante, el recetazo puesto en marcha por el Gobierno central en verano, no previsto en el plan de reequilibrio, supuso un ahorro de varios cientos de millones que compensó buena parte de las medidas incumplidas. La buena noticia es que planes como la reestructuración del sector público sí tendrán efecto este año, con un ahorro de 592 millones. Otras medidas han sido el plan contra el absentismo de los funcionarios, que ha ahorrado 69 millones, y la racionalización de tecnologías de la información en la Generalitat, con 45 millones.
Desplome de los ingresos
En cuanto a los ingresos, la mayoría procede de transferencias del Estado. En los que gestiona la Generalitat, el desplome ha sido muy importante, sobre todo en Transmisiones Patrimoniales, por la crisis del sector inmobiliario. En 2006, la Generalitat ingresó 2.485 millones por tributos propios y cedidos, su récord. En 2012 fueron 693, a pesar de haber subido casi todos los impuestos y haber creado nuevos. Esos casi 1.800 millones de diferencia en un presupuesto de 12.800 millones son difícilmente ajustables en el gasto, según la Conselleria, que espera como agua de mayo el dinero del Fondo de Liquidez para resolver sus problemas de impagos.
No obstante, el Ejecutivo de Alberto Fabra lleva semanas transmitiendo que la economía valenciana da síntomas de recuperación, por lo que Moragues no ve imposible cumplir el déficit este año.
La ventaja que tiene el nuevo consejero es que las cuentas que va a presentar en marzo no son suyas, sino de su predecesor, por lo que no es descabellado pensar que, a diferencia de lo que están haciendo otros gobiernos autonómicos, cargará a 2012 todo el gasto que sea posible, ya que el objetivo de déficit no lo va a cumplir, para no empezar 2013 con el lastre de las últimas facturas del año anterior.
Fabra tendrá que bajarse el sueldo
El incumplimiento del objetivo de déficit en 2012 obligará al presidente Fabra y a todo su Gobierno, hasta los directores generales, a bajarse el sueldo este año tantos puntos porcentuales como se supere el 1,5 por ciento. Es decir, un 0,5 por ciento si el déficit es del 2.
Así lo prometió a principios del año pasado, aunque no lo reflejó en ninguna disposición legal. Fabra es uno de los presidentes autonómicos que menos cobra, 67.615 euros brutos al año.