
"La sociedad recibe 1,9 euros por cada euro invertido en el Sistema Universitario Público Valenciano (SUPV)", pero "la universidad y la empresa valencianas todavía no se conocen bien", porque hay "carencias en transferencia tecnológica".
Son dos de las conclusiones del estudio Contribuciones económicas y sociales de las universidades públicas valencianas, presentado este lunes por Francisco Pérez, director del trabajo publicado por el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie). El estudio analiza y cuantifica las contribuciones de las universidades de Valencia, Alicante, Jaume I (Castellón), Miguel Hernández (Elche) y Politécnica de Valencia.
En el lado positivo, las universidades valencianas han doblado su producción científica en la última década. El número de patentes y de publicaciones en los últimos siete años supone el 11,7 por ciento del total del sistema universitario español, cuando el número de alumnos supone el 8,9 por ciento, y el de profesores, el 8,4. Es decir, que "el peso del sistema valenciano en España es mayor que el de los recursos", según Pérez. En la consecución de patentes, destaca la Politécnica, con el 55 por ciento del total.
El estudio, realizado por Pérez (catedrático y director de Investigación del Ivie) y los profesores de la Universitat de València José Manuel Pastor y Carlos Peraita, subraya que la rentabilidad fiscal que obtiene el sector público al financiar la enseñanza universitaria valenciana es "más que positiva", si se tiene en cuenta el gasto público en esa educación, las menores prestaciones sociales recibidas por los titulados por su mayor ocupación y la recaudación fiscal de sus trabajos más cualificados.
Está rentabilidad es, según el estudio, del 10,6 por ciento en los licenciados y el 5,9 por ciento en los diplomados. En la misma línea, el trabajo resalta el "efecto de arrastre" de las universidades sobre la actividad de las empresas, puesto que, teniendo en cuenta su actividad propia y asociada, generan una producción de 4.243 millones de euros, una renta de 2.077 millones y 52.318 empleos.
Entre los datos no cuantificables, el informe muestra que las cinco universidades públicas contribuyen en ámbitos que van más allá del estrictamente económico. Por ejemplo, el efecto positivo de la educación universitaria en hábitos de vida saludables, la participación social y política, así como su papel modulador de las desigualdades entre hombres y mujeres en el ámbito laboral. No obstante, sobre este último aspecto, Pérez reconoció que las diferencias salariales aún corroboran la existencia de un "techo de cristal" para las féminas.
A pesar de la creciente contribución del SUPV a la economía, hay que mejorar, según Pérez. Según el estudio, cuando se comparan las características de la Comunidad Valenciana con las de Madrid, País Vasco y Cataluña "se constata que el tejido productivo valenciano no genera tanto empleo para universitarios, ni ofrece un porcentaje de ocupaciones técnicas y profesionales tan elevado ni paga los mismos salarios". El nivel de renta per cápita y productividad está por debajo de la media española y la europea, y refleja un deterioro de su capacidad de competir, advierte.