La mesa de contratación de la Entidad Metropolitana de Servicios Hidráulicos (Emshi) adjudicó este viernes a Aguas de Valencia el contrato de gestión del agua del área metropolitana, a través de una empresa mixta, un contrato valorado en 2.500 millones de euros durante 50 años.
El organismo metropolitano desoyó así la exigencia pública que un día antes hizo Aguas de Barcelona (Agbar) para que no adjudicara el contrato, al entender que la oferta de la empresa valenciana debía ser rechazada por incumplir el pliego.
El presidente de la entidad, Arturo Ros, explicó a elEconomista que ningun integrantes de la mesa de contratación -formada por alcaldes y concejaes de diferentes partidos- se ha opuesto al "detallado informe de los técnicos", que otorga "más de 20 puntos de ventaja a Aguas de Valencia".
Los integrantes de Compromís y EUPV en la mesa de contratación, sin embargo, sí han rechazado el pliego de condiciones de la adjudicación, de 2008. Un aspecto que Ros atribuyó a cuestiones "políticas", más que técnicas.
El día 23 finaliza el plazo para presentar alegaciones a la decisión de la mesa de contratación y el siguiente paso será llevar la decisión al pleno de la Emshi para la aprobación definitiva de la adjudicación.
Adjudicación anulada
El contrato había sido adjudicado a la misma empresa en 2008, pero Agbar recurrió y el TSJ le dio la razón y anuló la decisión, porque se basó en un informe realizado por una empresa dedicada a la televisión digital.
Previsiblemente, la nueva adjudicación, decidida con los votos de los consejeros del PP en la Emshi,, la abstención del PSOE y la oposición de EUPV y Compromís, acabará también en los tribunales, ya que Agbar esgrimió un informe de Uría y Menéndez que apuntaba esta posibilidad.
Agbar pide que no se adjudique
