Siliken repliega velas. La compañía especializada en energía solar fotovoltaica ha anunciado un plan de reestructuración en sus unidades de negocio productivas que supone cerrar las plantas de producción en América, para centrarse en Europa, aunque mantiene sus objetivos comerciales en Estados Unidos y México.
La empresa controlada por los hermanos Serratosa, a través de Zriser, concentrará su producción de módulos en las fábricas que tiene en España y Rumanía, después de los cierres, a principios de año, de las plantas de Casas Ibáñez (Albacete) y Ontario (Canadá), un reciente expediente de regulación de empleo (ERE) en su fábrica de Rafelbunyol (Valencia) y el próximo cese de la actividad de la planta de Tijuana (México).
El presidente del grupo, Carlos Navarro, justifica estas medidas porque "tanto Tijuana como las líneas manuales de Valencia, y antes Canadá, no eran viables económicamente en el escenario de mercado actual". Navarro confía en que "con la implementación de este plan, que concluirá a finales de este año con la revisión del resto de actividades, Siliken ganará en eficiencia y competitividad".
"Esto catalizará nuestro crecimiento en Estados Unidos y en el resto de países donde estamos presentes", sostiene Navarro. Entre los proyectos más importantes de Siliken se encuentra la construirá en Durango (México) de una de las mayores plantas solares del mundo, con 100 megavatios de potencia sobre una extensión de 300 hectáreas, que conllevará una inversión de 220 millones de euros en cuatro años. "La situación del sector nos exige ser más eficientes en las líneas de negocio estratégicas, que son la fabricación y comercialización de módulos", asegura Navarro.
Siliken firmó el pasado junio un acuerdo con varias entidades para refinanciar su actual deuda bancaria por un total de 111,4 millones de euros. En la operación intervinieron Bankia, Banesto y CatalunyaBanc como entidades directoras y un total de 12 bancos nacionales e internacionales. La compañía elevó sus ventas en megavatios, pero redujo su facturación un 24 por ciento, hasta 255,6 millones, debido a la caída de los precios de los módulos.