Si nos planteamos financiar nuestra compañía mediante una nueva aportación de fondos propios y los recursos de los accionistas actuales ya están agotados, se nos abre, entre otras, la posibilidad de incorporar un inversor a nuestro accionariado.
Los inversores pueden ser industriales (empresas que buscan participar en otras empresas) o financieros (sociedades de capital riesgo, business angels o family office). La elección de uno u otro tipo de inversor no debe ser arbitraria. Veamos las principales características que los diferencian.
Respecto al objetivo de la inversión, el socio industrial siempre enfocará su análisis desde una perspectiva estratégica. Por tanto, analizará la creación de economías de escala, las sinergias operativas, la complementariedad geográfica, la diversificación y los canales de distribución. Por su parte, el socio financiero tendrá una visión más financiera de la operación y buscará empresas con productos o servicios que presenten ventajas competitivas claras, un concepto de negocio atractivo y que le permita obtener, al menos, una tasa interna de retorno (TIR) anual del 20 por ciento.
Los socios industriales buscan el control sobre la gestión de la compañía y tienen un horizonte de inversión a largo plazo. Recordemos que el motivo de su inversión es reforzar con la empresa participada las capacidades estratégicas de su grupo. Por el contrario los socios financieros no desean gestionar la compañía y su horizonte de inversión se sitúa entre cuatro y siete años. Esta última cuestión es importante, porque dada la característica temporal de su inversión, su decisión de invertir estará supeditada a que tengan una visibilidad clara respecto a su futura salida del accionariado.
A la hora de estructurar fórmulas de pago, el socio financiero es más creativo que el industrial y tiene mucha más experiencia en este tipo de operaciones. Por ejemplo, articulando incentivos al equipo directivo, acordando fórmulas creativas de financiación por parte del vendedor o estableciendo pagos en función de la consecución de objetivos.
Respecto al precio, si los socios industriales están realmente interesados suelen ganar la batalla, suelen pagar más, ya que bien generan sinergias con la empresa adquirida o bien mejoran su posición competitiva a largo plazo.
Francisco Duato es socio de ONEtoONE Capital Partners