La empresa Colorificio Cerámico Bonet, una de las más antiguas del sector de fritas y esmaltes para la industria cerámica de Castellón, ha presentado concurso voluntario de acreedores, después de varios meses en preconcurso en los que no ha llegado a acuerdos con sus acreedores.
La empresa de Ribesalbes (Castellón) está en declive desde que a partir de 2008 el parón de la construcción afectó al sector azulejero, a pesar de que otras esmalteras han sobrevivido gracias a las exportaciones.
Las ventas de la empresa se hundieron en 2009, de 36 millones de euros a la mitad, según las últimas cuentas depositadas en el Registro Mercantil, que arrojaban unas pérdidas de 4 millones y una deuda financiera de 17,8.
Según fuentes sindicales, la caída de las ventas se ha acentuado, especialmente en 2011, cuando la empresa tuvo que parar la producción varias veces debido a la falta de materias primas, al no poder pagarlas por no tener liquidez.
Ante esta situación, la empresa presentó en dos años tres expedientes de regulación de empleo (ERE), el último a finales de 2011, que supusieron pasar de 150 trabajadores a medio centenar en la actualidad, según las mismas fuentes.
Entre los afectados del último ERE se encuentra el que era su gerente, de manera que la empresa la lleva ahora un directivo italiano -la empresa tiene capital de ese país- que acude a Ribesalbes dos o tres días a la semana. elEconomista pudo comprobar lo que fuentes sindicales llaman un "vacío de poder", ya que nadie en la empresa pudo atender la llamada de este periódico por encontrarse el gerente en Italia.
La empresa fundada en 1957 tiene filiales en Portugal, Argentina, México, Italia, China y Sudáfrica.