
El ministro de Industria, José Manuel Soria, afirmó el pasado 3 de abril que él "nunca habría autorizado prospecciones petrolíferas a tres kilómetros de la playa de Valencia", como hizo el Gobierno de Zapatero, y anunció que, de resultar positivas, "no se autorizará su explotación".
La empresa autorizada para realizar las prospecciones en el Golfo de Valencia es la escocesa Cairn Energy, que el 14 de febrero presentó en el Ministerio los documentos técnico y medioambiental para solicitar permiso para la denominada adquisición sísmica 3D, un sistema de generación artificial y registro de datos sísmicos que detecta y describe zonas del subsuelo marino susceptibles de almacenar hidrocarburos.
La compañía ha excluido la zona A, la más próxima a la costa, de esta fase de prospecciones, aunque no lo vincula al rechazo de Soria y de la sociedad valenciana. Según han declarado fuentes de Cairn a elEconomista, la exclusión responde al hecho de que "las áreas prospectivas de mayor interés están en los bloques B, G, AM1 y AM2" (ver MAPA).
Estas cuatro zonas tienen como puntos más cercanos a tierra a las Islas Columbretes -reserva natural no habitada- a 19 kilómetros; Dénia (Alicante) a 26, y la isla de Ibiza a 42 kilómetros. No son 3 kilómetros ni los 61 de Canarias, donde el Gobierno autorizó prospecciones por su lejanía de la costa. A pesar de la oposición de ecologistas y partidos políticos, es poco probable que Industria ponga objeciones a está búsqueda de petróleo en aguas españolas porque, como dijo Soria respecto a Canarias, sería "un lujo que el país no se puede permitir".
El temor en la Comunidad Valenciana, igual que en Canarias, es por los posibles efectos de un accidente sobre el turismo, uno de los principales sectores económicos de la región. En Cairn aseguran que para estas pruebas "se ha realizado un estudio riguroso y detallado, cubriendo todos los aspectos medioambientales y sociales que exigen la ley, las directivas de la Unión Europea y las mejores prácticas y estándares a nivel internacional".
"Gran interés exploratorio"
Según fuentes de la compañía escocesa, "el Golfo de Valencia tiene un gran interés exploratorio por su alto potencial para albergar hidrocarburos". Y no es la única compañía que lo ve así, ya que en las últimas cuatro décadas se ha realizado en la zona una intensa prospección sísmica -aproximadamente 15.000 kilómetros de perfiles sísmicos- y se han descubierto varios yacimientos de petróleo frente al delta del Ebro.
Algunos ejemplos son el yacimiento Casablanca, frente a Tarragona, explotado por Repsol con más de 150 millones de barriles producidos, o el de Amposta (frente al límite de las provincias de Tarragona y Castellón), del que Shell obtuvo más de 55 millones de barriles entre 1975 y 1989. Este yacimiento ahora vacío es el que se ha utilizado para ubicar el almacén de gas natural denominado Castor, promovido por ACS y Escal.
A pesar de que otras compañías habían sondeado distintos puntos de la zona, Cairn considera que "una parte importante de la cuenca está poco explorada y por lo tanto tiene un gran potencial para que surjan nuevos descubrimientos".
El grupo, que opera en España a través de la filial Capricorn Spain Limited (CSL), inició sus actividades en el Mediterráneo en 2008 y obtuvo los permisos en 2010. En concreto, cinco permisos de investigación de hidrocarburos denominados Albufera, Benifaió, Gandia, Alta Mar 1 y Alta Mar 2 (A, B, G, AM-1 y AM-2), que suman un total de 396.900 hectáreas de superficie en el mar con profundidades que oscilan entre los 50 y los 2.000 metros.
Según la compañía escocesa, además del potencial que ofrece la zona, tuvo en cuenta que "los términos fiscales favorables y la diversificación energética como parte de la política económica hacen de España un país atractivo para el desarrollo de éstas actividades".
El plan de trabajo a seis años incluye dos años de recopilación de bases de datos y digitalización, estudios geológicos y geofísicos y preparación del estudio medioambiental, trabajos ya concluidos o muy avanzados; otros dos años de adquisición sísmica 3D, que se iniciará a finales de 2012, y dos más de sondeos exploratorios.
Mucha experiencia
Cairn confía en tener en Valencia el mismo éxito que en el sur de Asia, donde suma más de 40 descubrimientos de gas y petróleo. Desde 1991 ha explorado activos en India, Groenlandia, Bangladesh, China, Nueva Zelanda, Tailandia, Vietnam, España, Reino Unido, el Mar del Norte y el Este de Europa. El grupo con sede en Edimburgo tiene oficinas en Madrid, Nuuk (Groenlandia) y Katmandú (Nepal), las zonas fuera del Reino Unido donde más actividad desarrolla.
En el Mediterráneo, además de en Valencia, está evaluando posibilidades de inversión en Líbano y Chipre, también en alta mar.
La compañía cotiza en la bolsa de Londres y tiene una capitalización aproximada de 1.800 millones de libras (2.180 millones de euros). Cairn anunció el pasado 3 de abril la compra de la noruega Agora Oil & Gas, que tiene activos exploratorios y en desarrollo en el Reino Unido y el mar del norte noruego.
Con observadores de mamíferos
La tercera fase de las prospecciones que Cairn quiere empezar a partir del cuarto trimestre de 2012 se llevará a cabo con cinco barcos que tendrán su base en el puerto de Valencia y un total de 52 profesionales, incluidos tres observadores de mamíferos marinos.
El barco más grande será el de adquisición, el que hace las mediciones, al que acompañarán cuatro barcos "guardianes", encargados de la vigilancia general para evitar la interferencia con otras actividades en el mar. La técnica de adquisición sísmica 3D permite obtener un modelo preciso de la estructura geológica de la región con una imagen del subsuelo cada pocos metros, generando así un cubo sísmico tridimensional que permite localizar y definir estructuras susceptibles de contener hidrocarburos, ya sean líquidos o gaseosos.
En el caso de sísmica en alta mar, se utiliza una embarcación que remolca varios cables con hidrófonos -aparatos de medición- y utiliza alternativamente dos fuentes de energía cuyo pulso acústico propaga una onda en el subsuelo y es reflejada por las diferentes capas geológicas en función de sus propiedades físicas. Estas ondas son registradas por los hidrófonos que arrastra la embarcación, de cuyos resultados se obtienen las imágenes del subsuelo en 3D. Según fuentes de Cairn, el proyecto propuesto por la compañía no utilizará ninguna infraestructura que se asiente en el lecho marino.
El presupuesto de Cairn para la fase de adquisición sísmica en la zona es de 20 millones de euros.