
El Grupo Obinesa (que integra Lubasa Inmobiliaria) ha llegado a un acuerdo con sus principales acreedores para refinanciar su deuda de casi 1.000 millones de euros, tres años después del anterior acuerdo de refinanciación.
La compañía castellonense, cuya principal actividad es la inmobiliaria, llevaba un año negociando con los bancos, que finalmente han accedido a comprar parte de los activos para reducir la deuda "de forma significativa", según explicó ayer mediante un comunicado, sin especificar ni la cantidad ni los bienes entregados.
La deuda actual, antes de la firma del acuerdo, es inferior a 1.000 millones, frente a los 1.100 millones del año 2009, según la empresa, mientras el riesgo bancario, incluidos todos los productos financieros, asciende a 1.500 millones.
El anterior acuerdo de refinanciación, también de tres años, vencía el pasado 21 de febrero, día que se firmó el acuerdo con las ocho principales entidades de crédito -BBVA, Banesto, Bankia, Popular, Santander, Sabadell, CAM y Banco de Valencia- que representan más del 85 por ciento del riesgo bancario del Grupo Obinesa.
Según la compañía, el acuerdo garantiza la estabilidad financiera de la compañía durante los próximos 3 años, ya que contempla el aplazamiento de la deuda hasta marzo de 2015.
Respecto a la compra de inmuebles por parte de los bancos, afectará a activos de la filial Lubasa Inmobiliaria -la mayoría están en la Comunidad Valenciana y Madrid- y a "aquellos que no se consideran necesarios para el desarrollo ordinario de la actividad", según la empresa de la familia Batalla.
Además, los bancos aportarán nueva liquidez por importe de 15 millones y líneas de circulante "que permiten no sólo el descuento de facturas de clientes y líneas de avales para la licitación de obra, sino también líneas de confirming para el pago de proveedores", según la compañía.
Oferta al resto de bancos
El Grupo Obinesa anunció que el acuerdo alcanzado será comunicado al resto de bancos, que representan el 15 por ciento restante, con la intención de que se adhieran, "estando muy avanzadas en algunos casos las negociaciones con estas entidades".
En las negociaciones han participado Deloitte y Garrigues como asesores de Obinesa, mientras que KPMG y Uría han defendido los intereses de las entidades financieras.
La empresa afirmó que este acuerdo permite al Grupo, que actualmente cuenta con más de 2.200 empleados directos, "adecuar su volumen de deuda al volumen de actividad actual para afrontar los próximos años de una forma estable, a pesar de las actuales dificultades económicas".
Obinesa, propiedad de la familia Batalla, fue creada como holding en 2007 en Castellón, y tiene cuatro divisiones: construcción en inmobiliaria, a través de Becsa, que engloba Lubasa; azulejo, a través de Cerámica Saloni; materiales de construcción, a través del grupo Origen, y automoción, con concesionarios de cinco marcas.