
Las declaraciones del gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez de que la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) era "lo peor de lo peor" provocaron una espantada de los depositantes de la malograda entidad financiera alicantina.
En concreto, a lo largo del mes de septiembre se fugaron un total de 11.800 millones de euros en depósitos, al pasar los 52.551 millones de euros a 40.725 millones de euros a cierre de octubre.
Según los datos remitidos por la propia entidad a la Comisión_Nacional del Mercado de Valores (CNM), los créditos la clientela se situaron en el décimo mes del año en los 47.590 millones de euros, frente a los 50.825 millones del mes anterior.
Pérdidas de 1.893 millones
Respecto a los últimos datos conocidos a cierre de los nueve primeros meses del año, la entidad arrojaba unas pérdidas de 1.731 millones de euros, mientras que un mes más tarde esa cifra se había incrementado en 162 millones hasta llegar a los 1.893 millones de números rojos.
El Sabadell, que resultó adjudicatario de la entidad el pasado 7 de diciembre tendrá que darle la vuelta a un balance que presenta una morosidad del 20,7 por ciento en octubre -una décima menos que en el mes anterior- con una tasa de cobertura del 35,8 por ciento.
Por lo que se refiere al ratio de solvencia de la entidad financiera alicantina a cierre del mes de octubre tenía un core capital del 0,6 por ciento negativo aunque, en la comunicación remitida al regulador del mercado asegura que con los 5.249 millones de euros que recibirá del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) antes de que pase a manos de la entidad que preside Josep Oliu llegará hasta el 11,8 por ciento.
En la comunicación, también reconoce que ya ha consumido 1.300 millones de la línea de liquidez de 3.000 millones de euros que puso a su disposición el Banco de España, con lo que aún tiene disponibles un total de 1.700 millones de euros.