Cuando este jueves los inversores que compraron deuda en la última emisión de la Comunidad Valenciana reciban los denominados bonos patrióticos se van a encontrar unos bonos al borde de la categoría de basura, según la calificación de Standard&Poors (S&P), que ha rebajado tres escalones la calificación.
S&P anunció este lunes la rebaja del rating de la Comunidad Valenciana precisamente por sus dificultades para colocar esta emisión de bonos para minoristas. Según el dato definitivo publicado por la Generalitat, de los 1.800 millones de euros previstos, ampliables a 2.607 millones, se suscribieron finalmente 1.058, el 58,8 por ciento.
La agencia de calificación estadounidense baja la nota de las emisiones a largo plazo tres escalones, a BBB- desde A- (el bono basura es el siguiente escalón BB+). Para las emisiones a corto plazo, la rebaja es a A-3 desde A-2. Además, coloca en vigilancia con implicaciones negativas ambas calificaciones.
S&P prevé que la posición de liquidez de la Comunidad Valenciana continuará deteriorándose en vista de las crecientes necesidades de refinanciación a las que se enfrentará la región en 2012.
No obstante, la agencia destaca que existe una "alta probabilidad" de que Valencia reciba ayuda extraordinaria por parte del Gobierno Central en caso de que sus necesidades de financiación queden parcialmente sin resolver, algo que ya ocurrió la semana pasada cuando la vicepresdienta en funciones, Elena Salgado, aprobó un adelanto de las transferencias a esta y otras comunidades.
"En este caso, consideramos que va en interés del Gobierno central evitar los problemas financieros de Valencia, que dañarían la reputación de España", apunta la agencia, que señala que el Estado cuenta con un amplio abanico de herramientas, incluyendo préstamos a través del Instituto de Credito Oficial (ICO).
Por otro lado, S&P precisó que espera resolver en los tres próximos meses la vigilancia negativa del 'rating' de la Comunidad Valenciana, que podría desembocar en la rebaja de un escalón de su nota de solvencia, lo que hundiría su calificación en el territorio especulativo, si percibiese que la situación de liquidez de la CC.AA. sigue siendo muy ajustada incluso tras la aplicación de un plan creíble para hacer frente a sus necesidades de financiación.
