Comunidad Valenciana

Camps 'se come' a la fiscal pero queda en evidencia ante la acusación popular

Camps, en el banquillo.

Francisco Camps salió airoso del interrogatorio de la fiscal Miriam Segura en el primer día del juicio de los trajes, al aprovechar el interrogatorio para presentarse ante el jurado como una persona austera y honrada, aunque algunas de sus afirmaciones fueron rebatidas por el abogado de la acusación popular, a quien Camps se negó a responder.

Si el éxito de un interrogatorio se midiera por la cara de los intervinientes, el resultado sería 10 a 0 para Camps, cuyo abogado, Javier Boix, no podía ocultar su alegría al acabar la fiscal sus preguntas, mientras el letrado de la acusación popular, Virgilio Latorre, y los tres representantes del Ministerio Fiscal se mostraban serios y hasta apesadumbrados.

El acusado demostró que había preparado a conciencia un discurso que quizás estaba preparado para las preguntas de su abogado pero que aprovechó para soltar en cuanto la fiscal le dio pie.

Así, circunscribió su vínculo con Álvaro Pérez, El Bigotes, a una "relación cordial" derivada de los trabajos que este realizó para el PP, no a los de la Generalitat, se desentendió de las facturas entre empresas sobre encargos de trajes a su nombre ("no llevaban mi firma, no sé a qué obedecen") y justificó la ausencia de facturas así: "No he pedido nunca ticket de nada, ni cuando he cogido taxis ni cuando voy a comer a restaurantes".

También afirmó que casi nunca paga con tarjeta de crédito, lo que la fiscal intentó desmentir sin éxito al mostrarle un extracto con apenas unos cuantos cargos de su tarjeta en varios años. La fiscal se centró entonces en los regalos de Reyes recibidos por la familia Camps y enviados por Álvaro Pérez, y ahí el expresidente salió airoso al destacar que devolvió los regalos, tal como insinuó su esposa al decirle a Pérez: "no lo voy a aceptar". 

Miriam Segura, desconcertada, se enredó con preguntas y peticiones de pruebas sin un propósito claro que le llevaron a un enfrentamiento dialéctico con el acusado. Camps, crecido, llegó a interrumpir a la fiscal, a su propio abogado y al juez, quien lo mandó callar varias veces.

Interrogatorio sin respuestas

Después de casi dos horas, Camps evitó su prueba más difícil, el interrogatorio del abogado del PSPV, que representa a la acusación popular, al negarse a responder a sus preguntas. "No he venido a hacer política".

Sin embargo, el incisivo Latorre pidió seguir adelante con el interrogatorio y mostró al jurado -Camps lo rechazó- los documentos en los que se basaban sus preguntas. Con una línea argumental mucho más clara que la de la fiscal, desgranó con su cuestionario todas las pruebas que incriminan al expresidente sin que este abriera la boca.

Entre los documentos, uno sonoro desmintió a Camps en una de las afirmaciones hechas a la fiscal, que Álvaro Pérez no trabajó directamente para él como presidente de la Generalitat. En la grabación se escuchó como Pérez acordaba una entrevista de Camps con un exembajador estadounidense, entrevista que el acusado afirmó que le consiguió por medio de un colaborador.

Pero el momento estelar de la tarde llegó con la audición de las conversaciones grabadas entre los implicados en la trama Gürtel y, especialmente, aquella en que Camps llama a Álvaro Pérez "amiguito del alma" y le dice "quiero que nos veamos con tranquilidad para hablar de lo nuestro, que es muy bonito".

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