
La compañía de mobiliario de oficina Actiu ha encontrado en los aeropuertos y las grandes multinacionales españolas el punto de apoyo para volver a sus niveles de ventas de antes de la crisis. Convertida en algo más que una empresa de mobiliario de oficina, vende ya en 60 países y se plantea abrir una fábrica en Brasil.
La reconversión de Actiu se produjo hace tres años, cuando la compañía alicantina empieza a diversificar a petición de sus clientes, que además de amueblar oficinas le piden que equipe la cafetería o la sala de conferencias y, en el caso de los aeropuertos, salas de espera, mostradores, aduanas... "El mercado es interminable", afirma Vicent Berbegal, fundador y presidente de la empresa.
Actiu encontró en la caída del mercado de oficinas y la necesidad de diversificar una oportunidad para descubrir un abanico de clientes que van desde universidades a bibliotecas, pasando por hospitales, hoteles y, desde hace año y medio, aeropuertos.
Se ha convertido en proveedor habitual de Aena, para la que ha equipado toda la nueva terminal del aeropuerto de Alicante y total o parcialmente otros siete aeropuertos o terminales. También ha participado en la terminal T5 de Heathrow (Londres) y en otros siete aeródromos de Latinoamérica y Oriente Próximo. Según Berbegal, "el dominio de los diferentes materiales, plásticos, madera, metal, la innovación y, sobre todo, la confianza en que podemos afrontar todos los proyectos que nos planteen" es la clave para abrir "un hueco donde no estábamos".
Pero si importante para volver ha crecer ha sido la diversificación, más aún lo es la firma de acuerdos con multinacionales españolas como Telefónica, Santander, BBVA o Mapfre para equipar oficinas y sucursales en todo el mundo. Según Berbegal, "las grandes compañías buscan seguridad de futuro, y eso se lo da la empresa que tiene innovación y servicio, la que garantiza que puede abarcar todos los proyectos que se le planteen".
Expansión internacional
De la mano de estas multinacionales, Actiu ha acelerado su expansión internacional, que está centrada en Europa, Latinoamérica y Oriente Próximo. La empresa cuenta con una decena de showrooms o tiendas propias en España y el extranjero y su objetivo es llegar a 60 ó 70 en dos años, pero no propias, sino mediante acuerdos con distribuidores, que serán los que realicen la inversión a cambio de tener una exclusividad con Actiu, que pondrá el know how.
A petición de sus clientes, la empresa de la familia Berbegal tiene decidido comenzar a fabricar o montar muebles en Brasil, por motivos arancelarios. "Nos están pidiendo que abramos allí y estamos en contacto con empresas productoras para decidir si compramos alguna o llegamos a un acuerdo de colaboración", explica Vicent Berbegal. La decisión se tomará antes de seis meses. El presidente se inclina más, en estos momentos, por un acuerdo. Según afirma, "no es un problema de inversión, que no sería muy alta, sino de control y de trasladar allí una cultura empresarial".
"La globalización, en nuestra comarca"
Vicent Berbegal defiende que para producir con flexibilidad y costes ajustados no era necesario irse a China, como hicieron tantas industrias españolas. "La globalización nosotros la centramos en nuestra comarca", sostiene, en referencia a la Foia de Castalla, en el centro de la provincia de Alicante, tradicional zona juguetera que tuvo que reconvertirse cuando gran parte de la producción se trasladó a China en la última década del pasado siglo. Se trataba en muchos casos de industrias que sabían manejar todos los materiales, metal, plástico, textil y madera, que se reconvirtieron como auxiliares de otros sectores, como el automóvil.
Actiu ha creado con ellas una red de empresas auxiliares y subcontratistas que le permite una gran flexibilidad en la producción. Algunas de ellas están participadas por la propia compañía de los Berbegal. "Intentamos no tener participación, porque entonces se relajan, preferimos darles crédito", afirma. Efectivamente, la buena salud financiera de Actiu le permite financiar a sus proveedores para la compra de maquinaria y también ayudar a los clientes con aplazamiento de pagos.
Esta red de colaboradores se coordina desde el parque tecnológico de Actiu en Castalla, un complejo de 190.000 metros cuadrados, con 40.000 de fábrica, 18.000 de almacenes y 6.000 de oficinas.
Diseñado por el arquitecto José María Tomás e inaugurado en 2008, el parque industrial supuso una inversión de 75 millones de euros y ha recibido numerosos premios, entre ellos el certificado Gold Leed. Según Berbegal, "el parque es uno de los factores que da confianza a nuestros clientes porque es un lugar de trabajo y encuentro" que sirve de ejemplo.
Vuelve al nivel de ventas de 2007
Actiu espera acabar 2011 con una facturación de 60 millones, un 15 por ciento más que el año pasado, recuperando así el nivel de ventas de 2007, último año antes de la crisis. En los dos años siguientes, las ventas cayeron hasta 44 millones de euros, pero gracias a la diversificación e internacionalización volvió a crecer a partir de 2010.