Comunidad Valenciana

El puerto de Valencia ralentiza su expansión y se centra en mejorar la competitividad

Rafael Aznar (izq.), con el responsable de AT Kearney, Eugenio Prieto, y el subdirector general de la APV, Juan Antonio Delgado. Foto: G. Lucas

La Autoridad Portuaria de Valencia (APV) ha revisado su plan estratégico, que finalizaba en 2015, y lo ha centrado en la mejora de la eficiencia para ofrecer mejores servicios a menor precio, dejando en segundo plano las inversiones para aumentar su capacidad.

Según ha explicado el presidente de la APV, Rafael Aznar, el puerto alcanzó en 2010 los objetivos de tráfico fijados para 2015 -4,2 millones, frente a los 4 previstos-, gracias en buena parte al esfuerzo comercial que se hizo al inicio de la crisis, en 2008.

Además, la APV ha culminado una inversión de casi 200 millones en la ampliación del puerto de Valencia, que, sin embargo, no aprovechará inmediatamente por la situación de la economía mundial. Los planes eran que operadores privados completaran la inversión mediante concesiones de los nuevos muelles, pero, según Aznar, "la situación ha cambiado" y hay que atender las condiciones que piden los fondos de inversión y los operadores asiáticos, que son quienes tienen capacidad de invertir. "Esas inversiones complementarias son las que vamos a acompasar", explicó Aznar, que se mostró partidario de dar facilidades a los inversores dentro del marco legal.

En todo caso, la capacidad del puerto "siempre irá por delante" de las necesidades de tráfico, según Aznar.

Puerto 'hub' mixto

El nuevo plan estratégico, diseñado por la consultora norteamericana AT Kearney, contempla la consolidación de Valencia como puerto hub mixto especializado en contenedores, lo que significa que buscará tanto el tráfico de mercancías de exportación e importación como las de tránsito, es decir, aquellas que solo hacen escala en sus muelles. En la actualidad, estos tráficos se reparten al 50 por ciento y el objetivo para 2020 es que el llamado import/export no baje del 40 por ciento.

Los objetivos para ese año son aumentar el tráfico de contenedores de 4,2 millones de teus (contenedor estándar de 20 pies de longitud) a entre 5,6 y 6,2 millones; con un aumento en toneladas de 63,7 a 90 millones; un crecimiento de los ingresos de 115 a 225 millones de euros, y un ebitda (resultado bruto de explotación) por encima del 60 por ciento de los ingresos, frente al 58 por ciento de 2010.

Para ello, los 23 proyectos estratégicos diseñados por AT Kearney se centrarán en asegurar la sostenibilidad económica y financiera -la nueva ley obliga a tener superávit y, por tanto a fijar las tarifas en función de los costes-, en mejorar la competitividad, en reforzar la gestión comercial y en potenciar la integración logística, para lo que será clave el desarrollo del Corredor Mediterráneo Ferroviario, que la Unión Europea estudia incluir entre los ejes prioritarios de su red de infraestructuras.

Para la mejora de la competitividad, Aznar reclamó a los agentes del puerto un ajuste de costes para abaratar el precio de operar en Valencia. El mensaje lo dirigió especialmente a los estibadores, ya que la estiba supone, de media, el 65,5 del coste total de atracar en Valencia, frente al 11,6 por ciento que representan las tasas portuarias o el 14 por ciento que supone el remolque.

El presidente de la APV reconoció el esfuerzo que han hecho los estibadores para mejorar su productividad -han pasado de 17 movimientos por hora a 25-, pero hizo una "llamada a la responsabilidad" porque, afirmó, hace falta un esfuerzo mayor por su parte y la de toda la comunidad portuaria, que acabará beneficiándose si se consigue más tráfico. "Estamos en torno a 20.000 empleos, y si aumenta la actividad, aumentará el empleo", concluyó.

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