Javier Portolés, director de Innovación del grupo Tau Cerámica, asumió en junio la presidencia de la Asociación para el Cuidado de la Calidad de Vida (Cvida), formada por más de un centenar de empresas y entidades valencianas para compartir ideas, proyectos y productos relacionados con el bienestar. Se trata, según afirma, de un sector en auge que crece a un ritmo del 7 por ciento anual.
¿Qué es Cvida?
Es una asociación empresarial cuyo objetivo es mejorar la calidad de vida de las personas mediante el fomento de aquellos productos y servicios destinados a esta mejora. También, coordinar a todos los actores que hay en ese ámbito, empresarios, usuarios y profesionales.
Están la cerámica, automóvil, construcción, ocio...
Tiene su lógica, porque lo que se hace es recoger todos los sectores de actividad que proveen productos y servicios que pueden ayudar a mejorar la calidad de vida. Ahí entran automoción y medios de transporte, deporte, hábitat, indumentaria, atención a personas mayores, tecnología sanitaria, turismo... Todos ellos tienen líneas en común en el aspecto que he comentado.
¿Por qué no la alimentación?
Porque esto parte de un estudio que se hizo en 2006, financiado por la Generalitat valenciana, que en aquel primer momento no incluyó la alimentación, pero esto es una plataforma dinámica y puedo decir que, a través de turismo y ocio, están entrando y muy probablemente se incorporen como sector.
¿Son sólo empresas valencianas?
Por razones históricas, porque Cvida viene de una acción de la Generalitat y del Instituto de Biomecánica de Valencia y recibe ayudas del Plan de Competitividad de la Empresa Valenciana. Además, por el tejido industrial, hay razones cuantitativas para que la Comunidad Valenciana sea estratégica en ese punto. Es verdad que hay comunidades como Castilla y León, País Vasco y Extremadura que están empezando a tener iniciativas de este tipo y estamos teniendo contactos, por lo que esto acabará probablemente en una federación.
¿Qué razones cuantitativas?
La Comunidad Valenciana es puntera en muchos sectores de productos para el consumidor final, como el mueble y hábitat, y en otras como los implantes quirúrgicos, ortopedia, algunos ámbitos del deporte... Son empresas que son referencia a nivel nacional y en este tipo de sectores representamos del orden del 17 por ciento, cuando en el PIB nacional somos el 10 por ciento. Por otra parte, hay una alineación de proyectos estratégicos a través de los institutos tecnológicos.
¿Qué volumen económico mueven?
Hablamos de unas 2.500 empresas, sin contar instituciones, que tienen un volumen de facturación de unos 3.000 millones de euros al año. Es un sector estratégico porque, así como en otros podemos ver que tienen una sostenibilidad complicada, la búsqueda de la salud entendida como bienestar físico, emocional y social es algo creciente y que abre muchas posibilidades y nuevos modelos de negocio.
Por ejemplo...
Pues por ejemplo, de la mano de geriátricos, nosotros (TAU Cerámica) podemos desarrollar productos específicos adecuados para ese espacio. Antes no nos lo habíamos planteado. En este contexto, Cvida es un foro donde la idea de ir varias empresas juntas a proyectos tiene mucho sentido.
¿Cómo se financia la innovación en un momento como este?
Desde la asociación contribuimos a poner en común muchas investigaciones que ya han hecho las empresas y que ahora lo que hace falta es agruparte con las empresas que sean apropiadas para poner eso en el mercado con ofertas integrales más potentes. En este momento, ofrecer productos diferenciados es el único camino para seguir fabricando aquí, porque lo demás siempre habrá alguien que lo hará en otro sitio con menos costes.
