
La Generalitat valenciana ha cedido al Grupo Llanera un 18 por ciento de su participación en uno de los mayores proyectos urbanísticos previstos en la Comunitat Valenciana, Nou Mil.leni, y lo ha hecho a precio de saldo.
Llanera, que tenía el 51 por ciento de la sociedad Iniciativas y Promociones de Viviendas Valencianas (IPVV), encargada del proyecto, ha pasado a controlar el 68,9 por ciento por menos de 3,5 millones de euros.
IPVV tiene adjudicada la urbanización del proyecto Nou Mil.leni, que prevé la construcción de 12.000 viviendas, la mitad de protección oficial, sobre una superficie de 1,7 millones de metros cuadrados en Catarroja, ocho kilómetros al sur de Valencia.
El plan ya tiene todos los permisos para arrancar, pero el inicio de las obras está suspendido por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, que estudia un recurso presentado por el PSPV. El proyecto fue polémico desde su presentación, hace seis años, debido a que supondrá más que duplicar la población de Catarroja, que tiene 27.000 habitantes.
Nou Mil.leni es la base del plan de viabilidad del Grupo Llanera, que salió del concurso de acreedores presentado en 2007 -fue la primera gran constructora en entrar en crisis- gracias a un convenio cogido con pinzas y que pasaba por el desarrollo de este proyecto.
Por ello, la cesión por parte de la Generalitat de gran parte de los derechos de urbanización, que se traducirán en derechos de edificación, da al grupo de los hermanos Gallego más garantías de viabilidad, siempre que el Supremo no anule la tramitación del plan.
Dos ampliaciones de capital
La cesión del 18 por ciento por parte de la Generalitat, a través del Instituto Valenciano de la Vivienda -que conserva el 31,1 por ciento-, se hizo mediante dos ampliaciones de capital. La primera, de 3 millones de euros, se realizó mediante compensación de créditos, que correspondían casi en su totalidad a Llanera, por lo que la promotora aumentó su participación hasta el 66,8 por ciento.
A la segunda ampliación, por importe de 2,35 millones, sólo acudió Llanera desembolsando 500.000 euros, lo que elevó su participación hasta el actual 68,9 por ciento.
Según las cuentas de IPVV de 2009, la sociedad apenas tenía ingresos al no haber iniciado las obras, por lo que sus costes, fundamentalmente financieros, están siendo soportados por los accionistas, con los que mantiene 7,5 millones de deuda. La empresa perdió 0,77 millones ese año.