Comunidad Valenciana

Rajoy fuerza la renuncia de Camps "para que el PP gobierne España"

Camps, tras anunciar su dimisión. Foto: Guillermo Lucas

Francisco Camps cedió este miércoles a la presión de Mariano Rajoy y aceptó irse, aunque lo hizo con la misma torpeza y malas formas con las que ha manejado el asunto de los trajes desde que le estalló en febrero de 2009.

Después de resistirse durante cinco días a las peticiones de dimisión que le llegaban de Génova, entre otros lugares, desde que el pasado viernes el magistrado José Flors dictó el auto de apertura de juicio contra él y otros tres ex altos cargos de la Generalitat y el PP, Camps escenificó su último sainete. Pactó con los otros imputados la aceptación de la culpa y el pago de la multa, dejó que dos de ellos confesaran ante el juez y luego se echó atrás.

El dirigente valenciano citó a la prensa en el Palau de la Generalitat pasadas las 17 horas para, en una comparecencia no leída y sin preguntas, anunciar su dimisión como "sacrificio personal para que Mariano Rajoy sea el próximo presidente del gobierno, para que el PP gobierne España y para que España sea esa gran nación que los españoles queremos", según proclamó. Compareció rodeado de su Gobierno, al que previamente había reunido informalmente para comunicar la decisión; de la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá; de Federico Trillo, y de sus más cercanos colaboradores.

Soberbio y sin ningún arrepentimiento, Camps afirmó que deja el Gobierno "completamente inocente de las barbaridades que se han dicho de mí, como las otras tres personas que están también en un mismo absurdo brutal proceso, que nadie entiende, que nadie comprende, que es falso". Y añadió, en valenciano: "Me voy después de haber mantenido el nombre de Molt Honorable en lo más alto, lo más fuerte y el mayor orgullo posible".

Camps explicó que lo hacía "en favor del PP", en el que milita desde hace 30 años y "que hoy es la única esperanza a una nación desorientada porque al frente tiene a un no gobierno que no ha sabido asumir las riendas de nuestro país", y en favor de la Comunidad Valenciana.

Plantón en el tribunal

Según fuentes del PP, Federico Trillo había acudido a Valencia a exigir una solución que evitase la foto de Camps en el banquillo de los acusados, prevista para el próximo otoño, coincidiendo posiblemente con la campaña electoral de las Generales, o al menos con la precampaña. Las opciones eran la dimisión o la confesión de los hechos ante el juez y la aceptación de la condena, a cambio de seguir en el cargo. Esta segunda posibilidad parecía la elegida, pero pronto se vio que era muy difícil mantener en ese cargo a alguien que admite haber cometido un delito de cohecho.

A primera hora de la mañana, dos de los imputados en la causa de los trajes, el ex vicepresidente del Consell Víctor Campos y exjefe de gabinete de la Consejeria de Turismo y actual jefe de protocolo de la Diputación de Valencia, Rafael Betoret, se presentaban por separado ante el magistrado Juan Climent y confesaban ser autores del delito de cohecho del que se les acusa, aceptando la pena máxima prevista, una multa de 49.000 euros.

El acuerdo era que todos los acusados lo hicieran porque si no, no se evitaría el juicio. Pasadas las 14 horas, una llamada desde Presidencia al Tribunal Superior de Justicia (TSJ) pedía la apertura de la puerta principal para dejar pasar el coche de Camps, pero las puertas del TSJ cerraron a las 14.40, y ni el todavía presidente ni el otro imputado, Ricardo Costa, aparecieron. Camps dijo luego que queda libre para defenderse, lo que deja en una situación comprometida a quienes confesaron su culpa.

Rajoy: "Le ennoblece"

Poco después de hacer pública Camps su renuncia, Mariano Rajoy rompió su silencio de cinco días sobre el caso mediante un comunicado en el que afirmó que esta dimisión "no empaña ni contradice" la opinión que siempre ha tenido del dirigente valenciano ni de su "honorabilidad", y que "claramente comparten la mayoría de valencianos, como se acaba de poner de manifiesto" en los últimos comicios.

Para el líder del PP, esta decisión "supone un ejercicio de responsabilidad y de ejemplaridad políticas que le ennoblecen". Otros dirigentes del PP, como Esperanza Aguirre alabaron la decisión de Camps, y Esteban González Pons afirmó que "es un buen hombre y un buen político", y que "volverá".

Desde el PSOE, la responsable del comité electoral, Elena Valenciano, acusó a Rajoy, de pretender que la dimisión de Camps, "opere como cortafuegos" de la "profunda" trama Gürtel y señaló que, tras la dimisión de más de 20 altos cargos del PP, es él el que debe dar explicaciones. Según Valenciano, cuando Rajoy presentó a Camps como candidato a las pasadas elecciones "ya sabía que había mentido".

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky